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Opinión

  • Encajar un gol en el minuto 91, después de tanto trabajo para mantener la portería a cero, tiene un impacto que incluso puede afectar a la coherencia. Es un duro golpe, sin duda, pero el fútbol posee ese componente que tan bien supo definir el legendario Juanito Gómez al hablar de los ‘noventa minuti’ del Bernabéu que, en tiempos como los actuales, se puede aplicar ahora al Gran Canaria.

     

    Un suceso así le ha pasado esta misma temporada a la UD Las Palmas, pero García Pimienta no extravió el criterio de la autocrítica inmediata y de valorar los méritos que también brindó el CD Mirandés aquella tarde en Anduva. La sensatez fue la respuesta del entrenador amarillo, algo que los amantes del buen fútbol y de fair play lo agradecerán.

     

    Quizá por ello nos ha sorprendido la reacción de Luis Carrión tras el gol de Jonathan Viera que tumbaba al Efesé en el Estadio de Gran Canaria. Porque no miró en un espejo lo realizado por su equipo y desmereció de alguna forma al rival diciendo que le pareció “hasta poco” los 21 remates realizados hacia la portería de Aarón (cero en el caso de la dirección de Álvaro Valles).

     

    Esas palabras estuvieron decoradas con varios argumentos e, incluso, confesó que llegó al aburrimiento por la segunda parte presenciada con un equipo en inferioridad numérica. ¿Aburrido?. Sorprende porque viniendo de una escuela de buen gusto futbolístico, el planteamiento al que aspiró con 11 o con 10 claramente aspiraba al 0-0 como premio mayor. ¿Madurar el partido?. ¿Se refiere acaso a frenar a Las Palmas con tapones defensivos y faltas?. Ese riesgo es alto porque conlleva tarjetas y la acumulación de tarjetas, expulsión. Y eso es reglamento.

     

    La solución táctica que García Pimienta adoptó en el encuentro, que solo avala el acierto final en la magnífica jugada del 1-0, no aburrirá a los jóvenes entrenadores que quieran reforzar sus conocimientos del juego y tomaron nota. Quizá debió emplear otra palabra porque no se movió un alfiler del Gran Canaria hasta el ‘the end’, señal de que los que aspiraban a la victoria no se aburrían, sino que insistían hasta alcanzar el justo premio.

     

    En seis oportunidades, Carrión ha sido entrenador rival de la UD Las Palmas; dos en el Numancia y ya cuatro con el Cartagena. Cinco derrotas y un empate (por cierto, logrado por su equipo en el minuto 90 en Los Pajaritos y como local) es su balance personal contra el equipo grancanario. Quizá el enunciado de su discurso es que Las Palmas lo tiene aburrido.

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