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Opinión

  • Cuando hace año y medio Jonathan Viera regresó a la isla desde Bélgica, tenía una mirada distinta a la del jugador que se había ido a Mestalla presentado como el "futbolista de la calle", el "nuevo mago" del balompié canario. Venía en horas bajas, con una producción casi inexistente, aburrido de su última experiencia. Miguel Ángel Ramírez le trajo de nuevo a casa luego de varias temporadas en las que, en realidad, no se encontró a sí mismo.

    Viera volvió para ayudar al ascenso. Y su concurso fue determinante en el logro del pasado 21 de junio de 2015. Lloraba en el banquillo del Estadio de Gran Canaria al terminar el partido contra el Real Zaragoza porque muchos de sus sueños se cumplían en aquella tarde inolvidable. Las Palmas y él habían apostado mutuamente para la reconciliación contractual, acertando ambos en la decisión.

    El club siguió pujando fuerte por él. Compró sus derechos federativos al Standard de Lieja porque ambos estaban convencidos de que la reanudación de esta relación era lo mejor para todos, para el futbolista de la calle y para el verdadero mago que no llegaron a ver en su plenitud en Mestalla, Lieja o Vallecas.

    Detrás del éxito personal de Jonathan Viera, señalado este martes como integrante del mejor once de la Liga en Primera 2015-16, hay muchas personas. Primero, él mismo; luego la cabeza del consejo de administración del club, que no titubeó en su incesante apuesta, desoyendo a sus detractores. Además, compañeros y técnicos, como Juan Manuel Rodríguez, que le hicieron comprender con alguna penalidad lo difícil que es ser un número uno ... como lo es él hoy para todos los amarillos.

    Viera es el ojito de Juan Carlos Valerón, que le ha señalado como el jugador diferente al resto, el que le había logrado sorprender. Siempre ha sido rebelde, imaginativo, imprevisible, ... Pero también determinante. Y hacerlo ahora en Primera eleva en grado máximo sus exquisitas cualidades y visión de juego. Por eso, Las Palmas está en camino de revisar su situación porque, tal como anunció Miguel Ángel Ramírez, no quiere escuchar nada de una segunda marcha.

    Las Palmas le disfruta ahora en plena madurez, además de ser un jugador ambicioso, inconformista, que debe dejar escuela entre los jóvenes talentos de la fábrica amarilla que a partir de ahora deseen pisar sus huellas. Lo mejor de su fútbol debería estar en camino aún por llegar.

    Viera acaba laureado tras esta Liga donde ha sido determinante. Verle en ese grupo de once elegidos por puesto enorgullece, creer que quien le bautizó como el Romario canario no estaba tan equivocado.

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