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Opinión

  • El segundo contacto entre la comisión deportiva, el cuerpo técnico del primer equipo y la cabeza del consejo de administración se produjo este martes. Setién, el propio presidente Miguel Ángel Ramírez y el director deportivo Toni Cruz habían dicho en público que había una segunda reunión pendiente para detallar las últimas comas y nombres propios de la temporada próxima en Primera División. Además, era también público que la renovación del entrenador cántabro estaba redactada en las cláusulas adicionales de su primer contrato (permanencia) y que el club le liberaría en caso de querer cambiar de aires. Pero él mismo dijo una, otra y otra vez que su intención en un 99% era quedarse en la UD Las Palmas. Sin embargo, el 1% ínfimo restante fue argumento o motivo suficiente para montar la película de la semana con supuestas reuniones, intereses varios e intentos de generar una deslealtad que no existe. Por eso, como siempre decimos, luego la realidad se impone.

    En la permanencia actual de la UD Las Palmas como equipo de Primera en su trigésimo segunda temporada en ella hay muchos aciertos en el camino. Renovar a Paco Herrera, aún existiendo dudas en el técnico hacia la plantilla y más de la plantilla hacia el técnico, era una obligación de la entidad. Un héroe es un héroe y siempre lo será. Que tuviera que abandonar el club tras ocho partidos no significa que su trabajo quede borrado. La historia no le recordará así. Pero la venida de Setién, la postura firme del consejo para mantener a algunos jugadores en el club y los fichajes de la dirección deportiva -al margen de situaciones puntuales bien gestionadas en el camino- llevaron al equipo a puerto, para ahora volver a empezar.

    Lo más importante de lo ocurrido el martes, con la confirmación de que Setién elimina el 1% de sus incógnitas, es que todas las partes que obraron bien en 2015-16 están unidas para afrontar la temporada venidera. Y, además, lo hacen conociendo sus aciertos y también los errores cometidos. En el caso del entrenador y su asistente, Eder Sarabia, ahora conoce más al club y a sus actores. Ahora tiene dos campos de entrenamientos, un estadio de verdad y una plantilla que puede ir seleccionando para mejorarla en base a sus criterios futbolísticos. Todo es parte de un proceso, como el mismo descontrol mediático buscando un filón donde no había más que una incógnita entre noventa y nueve afirmaciones. Y es normal que el público se deje llevar y exista la inseguridad de perder algo que está bien hecho. Pero, llegados a este punto, consejo, cuerpo técnico y dirección deportiva merecen un alto porcentaje de crédito sobre el por qué de cada una de sus decisiones. Y lo afirmamos antes de confirmarse por parte del club las siguientes decisiones que, sin duda, van a levantar oleadas de comentarios. Y no serán tardías en conocerse.

    En apenas unos meses sabremos si Miguel Ángel Ramírez, Toni Cruz y Quique Setién han llevado correctamente las coordenadas de la nueva UD Las Palmas. Solo entonces lo sabremos porque, al final, la realidad se impone.

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