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Opinión

  • Es un gesto que podría pasar inadvertido; de hecho casi está ocurriendo. Pero no queremos dejar de subrayar el detalle que ha tenido Javi Castellano en un momento de gran dolor personal a causa de su lesión, producida el día de su bautizo en la Primera División. El gemelo tiene en su cabeza el equipo, lo colectivo, por encima de lo individual. Lo demuestra en el campo y también ahora, cuando está obligado a la inactividad.

    Porque Javi no ha puesto obstáculo alguno a que la UD Las Palmas le diera baja a su licencia. Por más dolor moral o físico que pudiera padecer, ha pensado antes en el equipo que en su ego. El club, a través de su comisión deportiva, le pidió la firma que permitiría fichar al nuevo vigésimo quinto componente del grupo profesional, en teoría destinada a su sucesor en el puesto (Pape Diop). Abrió Javi esa puerta para que la Unión Deportiva Las Palmas pudiera restablecer su baja, finalmente frustrado el intento por la marcha atrás del RCD Espanyol en la última jornada del mercado. Y, además, al no argumentarse causa de lesión sino baja federativa, el gemelo deja libre las manos a la entidad para que pueda encontrar en las listas del paro nacional e internacional -este segundo dato es el relevante- un posible sustituto.

    Magnífico Javi, ejemplar. Sus compañeros son conscientes del difícil momento, que lo superará. La afición le premió el pasado sábado en el minuto 18. A un profesional así es lógico que todo el mundo le eche en falta. Pero el tiempo vuela y en su vuelta ya se ha ganado una enorme ovación.

    Como recordaba su hermano Dani este miércoles, Javi "ha luchado mucho para jugar en Primera. Y se merece actuar en ella". Hay que trabajar duro todos estos meses para que Javi vuelva al sitio donde dejó de escribir su expediente apenas hace dos semanas.

    Los seis jugadores que viajaron a Barcelona con Rafael Cristóbal visitaron a Javi en el hospital (foto: UDLP.es)

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