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Opinión

  • El primer gol de los partidos. Esa es la llave que buscaba la UD Las Palmas al menos en su última actuación, frente al Sporting de Gijón. Ese tanto no llegó antes que el asturiano y a partir de ahí la noche se complicó. El Sporting se mostró por primera vez en la isla -que recordemos- como un equipo chico, lejos de la grandeza que representa ese escudo. Vino a destruir, a hacer huecos en el rectángulo de juego para dificultar las operaciones del equipo amarillo, que defendió con todo su liderato y logró mantenerlo por el punto logrado, porque la Liga es compleja para todos. Utilizó el Sporting todo tipo de artimañas, desde el principio hasta la obra dramática de su portero Cuéllar en la prolongación. La frase que emitió este lunes Enmanuel Culio sobre el conjunto gijonés ("con un empate parece que celebraron la Copa del Mundo") describe todo lo demás.

    El primer gol va camino de convertirse en el interrogante de los siguientes rivales que puedan tener un comportamiento similar al del Sporting: trinchera va, trinchera viene. Pero: ¿es el camino de la combinación la vía exclusiva para lograrlo?. Es probable que esa sea la mejor herramienta que utiliza Las Palmas, con su juego vertical y directo como ha propuesto desde la pretemporada. Pero no siempre tendrá la misma lucidez y probablemente va a encontrar más vías bloqueadas para lograrlo.

    El primer gol puede llegar de otra manera. No discutimos cuál es el método elegido, pero candidatos al ascenso como el amarillo han de elevar su producción a balón parado porque, por ahí, empiezan a narrarse muchos partidos ganados. El ejemplo más claro de que la pizarra es un instrumento necesario y válido en ataque lo ofrece el actual campeón de la Liga española. Cada vez que el Atlético de Madrid cuelga un balón en el área, sus expectativas de gol son muy elevadas.

    Ya la pasada temporada Las Palmas acusó un bajo porcentaje de goles a través de jugadores de corners, faltas, penalties o saques de banda. Porque todo ello es válido. Los datos merecen la pena analizarlo. En 46 encuentros, Las Palmas anotó 11 tantos a balón parado (7 de ellos penalties convertidos y los 4 restantes con centros o jugadas tras una falta). Ningún corner de todos los lanzados acabó en las redes rivales. Esta temporada, tras seis partidos de Liga, anotamos el acierto de Aythami Artiles en la fecha inaugural frente al Llagostera. La proporción, al menos, merece una reflexión porque hay que hincar los codos en un torneo tan igualado como se presume.

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