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Opinión

  • Es complicado establecer una opinión serena sobre lo acontecido el pasado fin de semana en El Toralín de Ponferrada. Es imposible porque tres decisiones del colegiado Pizarro Gómez llevaron a la UD Las Palmas a dejarse en el camino dos de los puntos en juego. A saber: falta inexistente en el 1-0, corner inexistente también en el 2-1 y penalti no concedido a David Simón. El árbitro, a la vista, fue un inventor o tiene una imaginación que supera la realidad de pequeños detalles ocurridos en el partido con repercusión mayúscula.

    Es complicado hacer valoraciones equilibradas de las reacciones posteriores al minuto 90 porque comprendemos que los futbolistas son personas, que tienen sentimientos y sufren ante lo que interpretan injusticia del hombre que ha de ser más justo. Horas de entrenamiento, trabajo, sacrificio, viajes, ilusiones ... todo se puede ir al traste por imaginar situaciones que no ocurrieron en realidad.

    Podríamos vapulear hoy a Nauzet porque paga con dos encuentros de castigo su reacción tras el pitido final, cuando ya todo daba igual. Eso está en manos de sus jefes; pero no pasamos por alto que la precisión que no tuvo Pizarro para acertar en las decisiones que perjudicaron a Las Palmas durante el encuentro, sí la tuviera para localizar con determinación el número siete de Nauzet Alemán y colocarle en el disparadero de las otras incidencias del acta.

    El mismo Nauzet admitió que él no era el único que estaba en aquel momento enojado; nos cuentan que más voces, a coro y no todas de pantalón corto, se expresaron en contra el descorazonador -digámoslo así- arbitraje del colegiado madrileño, que no es sordo y debió escuchar más cosas que el "vaya robo". Pero no: la diana sobre Alemán Viera y el segundo daño a la Unión Deportiva ya estaba en camino para encuentros tan importantes frente a Albacete y el líder Girona. Allí no estará uno de los mejores jugadores de Paco Herrera.

    Nauzet está marcado y debe saberlo de una vez ... porque ésta debería ser la última. Las Palmas se juega mucho más que dos puntos perdidos en Ponferrada.

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