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Opinión

  • Nos tenía mal acostumbrados la Unión Deportiva Las Palmas en las cuatro últimas temporadas de Segunda División, casi la mitad del ciclo más largo de su historia en la categoría. Al mirar la clasificación cada lunes, los aficionados amarillos la iniciaban de arriba hacia abajo, buscando a su equipo entre los primeros puestos de los 22 competidores. Y durante mucho tiempo en el pasado ejercicio, se acostumbró también a verle presidiendo una larga hilera.

    El arribo a la Primera División cambia el panorama y obliga también a modificar percepciones y costumbres. Por una lógica estadística, en 2015-16 la tabla clasificatoria habrá que leerla mirando de abajo hacia arriba considerando, incluso, que entre la zona media media y los últimos puestos puede haber una diferencia pequeña de puntos. Porque los grandes candidatos de la competición están llamados a situarse en otras latitudes al final del campeonato. Para mirarles con prismáticos.

    Para sobrevivir en este escenario lo primero que le planteamos a todo el entorno amarillo es reconocer la adversidad. A enfundarse del realismo que no se ha ocultado desde el club cuando en los objetivos del proyecto los mismos técnicos, jugadores o dirigentes hablan de la permanencia. Y esa salvación está muy cara en una de las Primeras Divisiones más cualificadas que recordamos.

    Todo lo demás lo tratarán de explicar en el campo los profesionales del equipo. Ellos saben que en una Liga tan dura hay que mejorar muchísimo, dar el 200% en cada jornada. El técnico ... en su misión de elegir a los mejores y al sistema más adecuado, el que corresponde a las necesidades o el que resuelva las carencias que la propia competición va descubriendo.

    Y el aficionado, repasar cada lunes la clasificación con mentalidad de trinchera, del que lucha por sobrevivir. Le hará comprender mejor una temporada que, tras siete jornadas, ha mostrado lo cruel que puede ser cuando el trabajo está incompleto. Confundirse de escenario es la peor manera de perder la brújula de una realidad.

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