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Opinión

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    En las últimas semanas, el presidente de la UD Las Palmas ha realizado varias reflexiones públicas en el actual contexto competitivo y social del club. Miguel Angel Ramírez ha dicho:

     

    * "Cometimos un error dejándonos llevar por la ambición. Si algún día volvemos a Primera seremos fieles a la cantera y mantendremos intacta nuestra filosofía de siempre"

     

    * "La cantera es la que ha permitido que la UD Las Palmas esté ahora en una situación diferente a Deportivo y Málaga, con los mismos problemas iniciales este verano. Hay que mirar la clasificación porque comprenderlo"

     

    * "Es importante mantener a nuestro filial en Segunda División B, también al C en Tercera, porque esto tiene un reflejo competitivo en el nivel de los jugadores que han subido al primer equipo"

     

    * "Estamos satisfechos con la labor de Pepe Mel ... y su vocación de proyección de los jugadores de nuestra base"

     

    Es, en consecuencia, un abrigo del club a la cantera después de que fuera ésta la que agasajó de nuevo a la UD Las Palmas en otro de sus momentos difíciles de su historia. El ciclo vuelve a repetirse.

     

    La trayectoria del primer equipo ilusiona. Y aún debe hacerlo en voz baja, porque el primero de los objetivos está aún por conquistar quedando mucha travesía en el camino. Pero, por ese sentido de la solidaridad, debe también ilusionar y abrigarse (utilicemos el mismo símil) las competiciones de Las Palmas Atlético, Las Palmas C y el juvenil de División de Honor, que son los tres primeros navíos escoltas que protegen al acorazado amarillo.

     

     

    El club puede haber errado en los últimos años en fichajes en tono de refuerzos o en la elección de los técnicos del primer equipo. Pero el tiempo, a tenor de estas mismas palabras, ha demostrado que ha acertado en políticas de captación, formación y promoción de jugadores. Nos resultaría absurdo negarlo. Y son tiempos distintos a los de antaño, porque hoy a una colección de fichajes venidos de todos los continentes con salarios millonarios se le denomina cantera en destinos como Real Madrid, Barcelona, Villarreal, Valencia o el mismo Sevilla; y presumen de ella. Y si algún jugador canario brota esos mismos clubes o sus iguales en el extranjero tienen la capacidad de llevarlo a ese destino. Esa frontera la derriban cuando lo deseen con una colección de euros.

    Siendo tiempos de crisis deportiva desde hace dos temporadas y media, la UD Las Palmas nunca había vivido en su historia una situación tan magnífica en cuanto a su cadena filial: Las Palmas Atlético por tercera temporada consecutiva en Segunda B, Las Palmas C por tercer año consecutivo en Tercera y el División de Honor juvenil en primera línea. Ese tesoro hay que protegerlo y ha de ser una idea que fluya en el club por vasos comunicantes. También en la grada.

     

    Ahora mismo Juan Manuel Rodríguez, Yoni Oujo o Juan Germán Jiménez, los tres técnicos en primera línea de filiales, tienen una responsabilidad en la sociedad amarilla de alto calado. Las palabras del presidente lo corroboran. Y el club también, en todos sus sectores, ha de ser cómplice de esta labor tan gratificante.

     

    Ya lo pronosticó hace algunas temporadas en estas mismas columnas Mingo Oramas, el ahora entrenador del San Fernando y casi una década en el DH juvenil amarillo. Conocedor de lo que venía dijo: "Las Palmas tiene un problema difícil de resolver. Se avecina la llegada de excelentes jugadores en formación de varias generaciones. Y tendrá que darle salida".

     

    Pues, una vez más, ¡bendito problema!.

     

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