El efecto Pedri alienta a la nueva hornada

B. Pérez

La primera gran dificultad organizativa de la actual pretemporada es la localización de partidos o ensayos amistosos. La UD Las Palmas, por imposición de las circunstancias actuales, no se moverá de Canarias y, salvo el choque contra el CD Tenerife del 4 de septiembre, todo lo demás lo realizará en Gran Canaria.

El primer episodio de esos encuentros se realizó este último viernes, con una intensidad baja en general como era lógico. Lo más destacado, sin embargo, lo pusieron los nombres que emergen desde filiales, con muchas ganas de convencer y sin duda alentados por el efecto Pedri. El joven de 16 años en 2019 dejó destellos en sus actuaciones no oficiales, convenció a Mel y el 18 de agosto fue pieza titular en el inicio de la pasada Liga frente al Huesca.

Claudio Mendes (un gol, un remate al poste y una asistencia), Alberto Moleiro, Pol, Daniel Sato y Paulino Miguélez, además del ya reconocido portero Alex Domínguez, tuvieron esa oportunidad frente al San Mateo, dejando la sensación general que con ellos el entrenador puede contar. Al menos para tomar nota de lo que cada uno aporta y el margen de mejora por donde poder progresar.

 

Porque también posiblemente la UD Las Palmas tenga con ellos la doble posibilidad de actuar como integrantes de la primera plantilla o hacerlo con un dorsal de filiales, a partir del 25 en adelante. Curioso es que Moleiro, el futbolista tinerfeño con mucho aroma a Pedri, sea el que heredase el 28 para este primer partido. Sin duda, una declaración de intenciones.

Los miembros de la nueva hornada se dejan ver. Y, como siempre decimos, la cantera de la UD es el oxígeno del club en sus momentos más difíciles a través de la historia. Si hubo brasas, los que vienen de filiales pronto enseñan los brotes verdes.

 

Espera una dura campaña en Segunda División y, también, en Segunda B. Porque al filial hay también que atenderlo en su cuarta campaña consecutiva como equipo de bronce: el logro silencioso del club.