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Opinión

Música celestial para escenas diabólicas

  • EL OTRO PARTIDO
  • 26/02/2024 - 13:20
Música celestial para escenas diabólicas La caída de Marvin Park, desde dos ángulos. No mereció pena máxima, en opinión de Munuera Montero (C. Torres)

Manuel Borrego

 

En algunas películas de terror los directores optaron por crear un ambiente de incertidumbre con la aplicación de dos elementos contradictorios que confunden al espectador. Mezclan una música celestial para poner el clima de una escena diabólica, con el final más insospechado.

 

Algo de eso, a veces, tiene la aplicación en el fútbol del método arbitral con asistencia del video arbitraje, la segunda opinión de la Sala VAR.  Porque no hay deporte tan cargado de subjetividad como el balompié, donde hasta la decisión de lo más objetivo se lleva a criterio de una persona: el tiempo de juego. Mientras otras modalidades optan por controlarlo a contrarreloj, el fútbol mantiene su reloj de cero hasta cuando el colegiado de turno lo estime. Es un claro ejemplo de que todo en este deporte depende de una opinión personalizada o subjetiva.

 

¿Cómo no va a ser subjetivo la decisión sobre un penalti?. Un claro ejemplo es lo ocurrido este domingo en el Estadio de Gran Canaria, con la caída de Marvin Park y la entrada del portero Sergio Herrera. La música angelical pudieron percibirla todos aquellos espectadores que vieron cómo Marvin tocaba el balón y el portero del Osasuna arrastraba su cuerpo a ras de suelo para contactar con el del atacante amarillo. Pero Munuera Montero no estuvo convencido y esta vez, rompiendo una ‘norma invisible’ con sus colegas del VAR, no consideró que fuera suficiente cruce entre los dos actores de la jugada.

 

Y eso es así. Tras lo acontecido en el área del Osasuna ni siquiera optaron minutos después a analizar otra jugada en la que Coco contacta con el pie de Raúl García en el área de Alvaro Valles. Quizá pensaron el “no vayamos a liarla más”, porque igual para el VAR también esa diabólica acción habría generado melodía celestial para los navarros. ¿Y lo de la mano de Catena a centro de Moleiro?. Pues mejor no menearlo, aunque el diablo del balón también andaba por allí.

 

Este fútbol con o sin VAR no parece tener solución. Lo hemos comentado en múltiples ocasiones. El arbitraje está vestido con un reglamento que no es claro ni tiene rigor completo, que opta por valorar una casuística cargada de opinión arbitrales subjetivas y, añadimos, según a quién.

 

Y ahora se plantea introducir un nuevo elemento con la posible futura aplicación de las tarjetas azules (expulsiones temporales). Pues mejor ni escuchar esa melodía todavía porque vienen controversias en forma de tsunami.