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Opinión

García Pimienta, uno de los siete magníficos

  • EL OTRO PARTIDO
  • 24/05/2024 - 06:50
García Pimienta, uno de los siete magníficos (C. Torres)

Manuel Borrego

 

Nadie le podrá arrebatar a Xavi García Pimienta su ubicación en la parrilla de honor técnica en los 75 años de historia de la UD Las Palmas. Para los aficionados grancanarios son héroes eternos Luis Valle, Saturnino Grech, Vicente Dauder, Roque Olsen, Sergio Kresic, Paco Herrera y él. Porque fueron los patrones que guiaron la nave hacia la Primera División. Los dos últimos, en la etapa presidencial de Miguel Ángel Ramírez.

 

Esos siete entrenadores tienen gruesa tipografía en los expedientes de un club cuyo sitio más habitual ha sido la máxima categoría, pero dejó de ser el natural desde 1983. Desde entonces hasta ahora, un ascenso ha sido la mayor explosión de alegría deportiva vivida en Gran Canaria.

 

Está también Pimienta muy cerca por tercera vez de que finalice entre lágrimas una temporada y en las tres ocasiones por razones distintas: La de 2022, luego de relevar a Mel y protagonizar una remontada de ensueño en la clasificación, tenían una mezcla de impotencia y promesa abierta. En mayo de 2023 su llanto en el césped del Gran Canaria era de satisfacción, de deber cumplido. Y el de 2024 merece la misma consideración y la de un adiós que quizá no imaginó el día que se sentó en un avión para firmar su primer contrato.

 

Porque se adivina que detrás del entrenador bien moldeado hay una persona cargada de sentimientos y que en sus años culé tampoco imaginó que su corazón se iba a volver amarillo. Pimienta (y su equipo técnico) estaba hecho para la UD Las Palmas y viceversa. Pero en otra de sus capas, también detrás del apasionado entrenador, hay un asesor propio que describe bien los escenarios profesionales que asoman.

 

No sabemos si el último tercio de la campaña 2023-24 ha pesado más en la decisión final que los restantes meses en los que dio un vuelco al juego del equipo y a parte del perfil de su plantilla. O si su crecimiento profesional, tan exponencial como los logros en la isla, le permite otear una proyección que la UD Las Palmas no se la pueda proporcionar. Cualquiera que sean las razones fueron, seguramente, bien sopesadas por él. Y también por el club.

 

Por supuesto, su labor como entrenador durante dos temporadas y media tienen propias sombras o déficits. Sería desleal a la realidad no admitirlas; pero la balanza pesa más, casi se desploma hacia un lado, si en el análisis se añaden todos los aspectos positivos y datos numéricos que ha logrado cosechar en el cargo.

 

García Pimienta termina este domingo. Fue leal a su idea y a su modo de dirigir a un equipo profesional. Se marcha comprendiendo más incluso el endemismo mediático que lo ha rodeado y ante el que ha tenido siempre una respuesta colegiada, digna de estudio. La UD Las Palmas le dice adiós. El club también fue leal a su propósito de crear creyendo en un estilo más que en un nombre, en el atrevimiento de dar alternativa a un nuevo joven técnico que creció hasta las alturas en el banquillo del equipo.

 

Separan sus caminos, como dijo el club en su comunicado; pero en realidad ya nunca se separarán.