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Fútbol sala femenino

Malta97, el fútbol como alimento

Sus integrantes pagan por jugar, se entrenan a deshora, ganan Copas y hasta una vez fue el David que venció a Goliat. Están en la búsqueda de un patrocinador porque aspiran a subir de categoría

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  • 23/07/2019 - 07:04
Malta97, el fútbol como alimento Miembros del Malta97 posan de paisano para el reportaje

Ángeles Arencibia

 

De pequeña le gustaba picarse con los chicos, hacerles caños (pasar la pelota entre las piernas del contrincante) y marearlos con regates. "Sentía su aliento detrás, pero no conseguían cogerme; eso te da mucha confianza en tí misma". Habla Ana Caldentey (Las Palmas de Gran Canaria, 1993), enfermera y portera de fútbol sala femenino.


Ana juega en el equipo del Club Deportivo Malta97, vigente campeón de la Copa territorial de Gran Canaria y subcampeón de liga, dos títulos que ya obtuvieron la temporada pasada y que rozan la decena si se suman las 5 ligas y las 4 copas que prácticamente las mismas jugadoras obtuvieron con su anterior camiseta, el extinto Magec Medarkoz.

 

Ana, por cierto, sólo encajó tres goles en la Copa 2019 y su equipo puede presumir de ser el menos goleado de la categoría.

 

El equipo celebra su victoria en la Copa de Gran Canaria, de la Liga Territorial de fútbol sala femenino

En la memoria, además, sigue viva la emoción que supuso hacerse con el Trofeo Tomás Alcántara en 2016. El modesto equipo de territorial venció a las dos formaciones de la 2ª división canaria de entonces. La final contra el Preconte A se resolvió en la tanda de penaltis.


En un contexto en el que se habla de "la fiebre del fútbol femenino" en EEUU tras el mundial y del éxito de su equipo,- con una capitana que polemiza con el mismísimo Trump-, y que en España llena estadios y se asoma a las primeras páginas de los periódicos, la realidad del Malta97 explica muy bien de dónde viene esa pasión que ha sacado a las chicas de corto de las catacumbas.


"Nuestra generación marcó el camino, fuimos las que escuchamos el ‘eres un macho porque juegas al fútbol. Hoy ya no sufro con esos comentarios", afirma Irina del Río, capitana del Malta97.

 

"El fútbol sala es explosivo"

 

Del Río (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) es una de las jugadoras clave de este equipo de la liga territorial (la 3ª división) de Gran Canaria de fútbol sala. A diferencia de algunas de las otras jugadoras que compaginan el equipo con profesiones diversas, la vida de Irina es puro deporte. Licenciada en Educación Física dirige junto a su colega Nadine Novillo Next Level, un centro de entrenamiento con mucha personalidad.

 

Irina, la capitana, juega en las posiciones de cierre y ala y tiene fama de leer muy bien el juego. De ella dicen que tiene toque. Llega a los balones, asiste, crea espectáculo y mete goles. "El fútbol sala es explosivo, todo va mucho más rápido y hay que pensar al mismo ritmo", observa.

 

Además -y por supuesto- Irina es una enamorada de este deporte. "No puedo explicar la sensación al meter un gol, tampoco cuando ganas jugando bien. Con nuestro entrenador, Rafa Vera, he aprendido a diferenciar lo que significa jugar bien: hay un trabajo detrás y ganar es la recompensa".

 

Como buena parte de sus compañeras, su historia con el balón empieza en la infancia. "Siempre jugué al fútbol en el barrio". Ana, por su parte, dice que nunca quiso muñecas, ella prefería una pelota para jugar. Así a los 9 fichó por su primer equipo, una formación mixta en la que ella era la única chica.

 

"Habíamos ganado, teníamos buen feeling"

Rachel Vega (Las Palmas de Gran Canaria, 1991), juega de ala y se recuerda dando patadas a un balón ya con los compañeros del instituto. Ha estudiado magisterio, es técnica deportiva de fútbol sala y entrena a un equipo masculino. "El fútbol me ha dado vida. Cuando tengo un parón y no juego me falta algo; a veces estoy entrenado a mi equipo y me pongo yo también a jugar con los chicos, no lo puedo remediar".

 

Irina y Ana, entre otras jugadoras, se conocieron en el Magec Medarkoz, un equipo que tuvo sus tardes de gloria pero que desapareció hace un par de años. "Queríamos seguir jugando y no nos queríamos separar", explican casi al unísono. "Habíamos ganado, nos conocíamos, teníamos buen feeling".

Subir de categoría

 

La solución vino de la mano del Malta97 y por mediación de su entrenador, Rafa Vera. El club aceptó crear una sección de fútbol sala femenino, aunque para sostenerla es preciso que las deportistas paguen una cuota por jugar, un hecho inédito o al menos poco habitual que habla a las claras de la afición de estas jugadoras, acostumbradas a entrenos a deshora y a hacer muchos kilómetros para poder hacer el trabajo del que habla Irina.


En la actualidad el equipo busca patrocinio. Por resultados podrían aspirar a subir de categoría, pero para eso hace falta presupuesto. Además no es fácil reclutar chicas que estén dispuestas a pagar por jugar. "La realidad es que nos hemos conformado con jugar en una categoría que a mi juicio se nos queda pequeña", observa la capitana.

 

Mientras, está el placer de jugar ("me lo paso increíble", dice Ana); el compañerismo ("no lo he encontrado igual en otros deportes", apunta Irina) y todo ese buen rollo que tan buen resultado da en la cancha.

 

 

Rafa Vera, entrenador del Malta97, describe a sus jugadoras:

 

1. Ana Caldentey
Jugadora clave en un puesto difícil como la portería. Trabajadora y determinante

 

2. Maru
Conocimientos. Una esponja a nivel táctico. Siempre a más. Veterana en una juventud increíble

 

3. Bea
Jugadora de equipo. Con calidad y compromiso. Mejorando desde el principio

 

4. Sarita
Mágica. Calidad técnica. Ofrecía siempre lo que el equipo y el juego necesitaba

 

5. Rachel
Talento puro. Siempre trabajando. Lo vive con pasión. Determinante en el juego. Calidad de pase y mucho gol

 

6. Marianca
Jugadora comprometida y pasional. Fichaje de esta temporada que le dio aire fresco y variantes a nuestro juego

 

7. Judit

Fichaje nuevo que fue creciendo de menos a más. Completa en control y pase. Una sorpresa por su entrega y compromiso

 

8. Vane
Fichaje de esta temporada. Jugó el tramo final de la competición. Trabajadora y entregada. Aportando en todos los aspectos. Ayudando al grupo a crecer y mejorar

 

9. Ana

Fichaje nuevo esta temporada. Con dedicación y generosidad. Jugó un tramo de portera demostrando su entrega

 

10. Irina
Líder. Trabajadora y competitiva. Cabeza y piernas. Siempre dando su mejor versión. A disposición del equipo y de sus compañeras. Pieza clave que demuestra que no existen los límites