La previa

Objetivo: La toma de Granada

Manuel Borrego

 

Solo dos equipos no lograron puntuar frente al Granada en los 22 encuentros ya disputados. El conjunto nazarí es el segundo más goleado del campeonato y está en difícil situación clasificatoria, forzando la máquina en el mercado invernal con hasta nueve incorporaciones invernales para utilizar su última bala. Su plantilla es ahora una torre de Babel, con hasta una decena de banderas.

 

Con todos esos titubeos, a la UD Las Palmas no le espera un partido fácil en Los Cármenes donde, además, el nuevo técnico del equipo andaluz ha calificado el partido como una final … una final desde comienzos de enero.

 

Ninguna de esas sensaciones, por fortuna, están en la piel de la plantilla de García Pimienta. Porque se ha trabajado duro en todos los sectores del proyecto grancanario, se han perfilado detalles, se mantuvo un credo futbolístico y la moral de todos está en alto. Todo ello a pesar de que por el equipo se producen decepciones y contratiempo.

 

Pero Las Palmas viaja a Granada, ese escenario donde ha cosechado muchos sinsabores, con las lecciones aprendidas o encauzadas. Pimienta quiere conseguir “cuanto antes” la salvación para poder hacer planes personales y colectivos. Su principal problema para el día es el relevo de un jugador que llegó de puntillas al proyecto y se ha convertido en un indispensable: Javi Muñoz.

 

La posibilidad de que sea Enzo Loiodice la novedad es el once es creíble, especialmente porque el galo también tiene condición de habitual titular aunque no en el tramo más reciente. La otra incógnita es Saúl Coco, recién retornado de Costa de Marfil. Allí actuó con Guinea Ecuatorial y la mejor noticia del grupo es que no hubo necesidad de suspirar por su ausencia. Tanto Juanma Herzog como Álex Suárez cubrieron la misión con nota.

 

El técnico amarillo considera que, además, el Granada será un conjunto con un nuevo estilo aliñado tras la llegada de Cacique Medina. Pero Las Palmas viaja con la idea de ser Las Palmas y con el propósito de romper una victoria que en Los Cármenes no saborea desde hace cuatro décadas.