La previa

El mismo derbi pasional de siempre

Manuel Borrego

 

En los derbis no existen clasificaciones, ni divisiones de por medio. Tampoco excusas sobre lesionados o ausencias. Cuando el balón se mueve entre Gran Canaria y Tenerife se desata una pasión que no escucha teorías.

 

Ese es el riesgo que afronta este domingo la UD Las Palmas cuya condición de equipo de Primera y temporada espléndida hasta la primera vuelta la quiere poner en juicio el CD Tenerife.

 

El único derbi posible de 2023-24 tiene, en realidad, un premio de más valor emocional que deportivo. Porque pasar la eliminatoria solo garantiza sacrificio para seguir en la competición de Copa, apretar calendarios, exigir más a las piernas de los futbolistas y exprimir la suerte de un sorteo. El premio, visto así, parece más un castigo. Pero ni CD Tenerife y UD Las Palmas quieren dejar atrás el billete de la competición.

 

Habrá lleno en el Heliodoro con una motivación en las gradas que tiene proporción a la vivida con otro ‘no hay billetes’ el jueves en el Estadio de Gran Canaria. Para los futbolistas de García Pimienta el cruce con los blanquiazules es una prueba de madurez, sean cuales sean las piezas elegidas, porque han de afrontar un encuentro de rivalidad con el aroma de equipo bien diseñado y ambicioso.

 

El entrenador amarillo ha anunciado que tendrán prioridad en el Rodríguez López los no habituales, como ya ocurrió frente a Manacor y Tudelano. Y es la oportunidad para demostrar al técnico que los futbolistas de la segunda oleada están preparados para colocarse en la primera si le dan la oportunidad.

 

Aarón Escandell es previsible novedad en portería, así como una línea defensiva en la que Alex Suárez y Juanma Herzog apuntan a seguir juntos en el centro de la defensa, como ocurrió en Tudela.

 

Donde tiene más problemas el técnico es en el centro del campo. Tendrá que decidir con alguna pieza titular en la Liga para no perder mucho gas en un partido tan comprometido.

 

El Tenerife, por su parte, llega más descansado y alentado con recuperaciones de varios futbolistas, entre ellos Enric Gallego.

 

Es la segunda vez en la historia en que la eliminatoria se juega a partido único en feudo blanquiazul. Pero no valen referencias porque cada derbi es distinto al anterior. Eso sí, no cambia lo pasional, la motivación que todo lo iguala.