Los himnos que procesan al nuevo Kirian

Kirian, en el CD Teneirfe; y en los primeros años tras ingresar en la UD Las Palmas (Ruymán Almeida / C. Torres)

Manuel Borrego

Cuentan algunos de sus antiguos compañeros haber escuchado a Kirian Rodríguez motivarse de amarillo entonando con ‘boca pequeña’ el himno del CD Tenerife, el que comienza con un ‘Tenerife, adelante’. Ocurría en su etapa de transición en el Anexo, tras su irrupción en el Vitamina C de Ángel Sánchez.

Al fin y al cabo fue durante cinco temporadas canterano del CD Tenerife, jugador que no pasaba inadvertido para los servicios de captación y formación de la UD Las Palmas. El equipo de colaboradores de Tonono Rodríguez estaba atento a un futbolista que despuntaba en el D.H. del Ofra después de su descarte blanquiazul.

La tonadilla era entonces una especie de ritual personal al entrar a los partidos, el que antes había escuchado cuando acudía al Heliodoro Rodríguez López en los encuentros del equipo al que batió este pasado domingo con un golazo. Entonces, siendo niño, nunca debió imaginar lo que un día de enero de 2022 iba a brotar desde su pierna derecha, como la secuencia eterna de un derbi tan significado.

De aquel Kirian queda la esencia del jugador que ha evolucionado con el amarillo pegado al pecho. Incluso en su paso a Segunda B, cuando se produjo una transformación mayor en su juego, llegó a mencionar que ya en etapa de Juan Manuel Rodríguez había dejado a un lado “al Kirian del taconazo”. Él mismo así lo definió en la columna digital de Tintaamarilla.

La otra imagen de Kirian es el regreso en la guagua al hotel, tras el 0-1 de la última jornada. Entonaba con el resto de los actuales compañeros de la UD Las Palmas el estribillo del Piotemazo. Lo hacía a descubierto y con expresivos dotes de buen cantor. Lo de Benito, punto aparte.

Kirian hizo en el partido canario lo que había preparado. Y, por su personal condición y lo acontecido en el encuentro, se percatará de que en la letra del himno oficial del club al que ahora pertenece la frase “es orgullo del pueblo canario” no está elegida al azar. Aunque, de niño, esa estrofa no la escuchó.