Memorias de Córdoba

M.B.

El almuerzo navideño de la UD Las Palmas congregó en el Estadio de Gran Canaria a decenas de protagonistas del ayer y hoy del club isleño. Y entre ellos, varios amarillos de siempre con pasado en el Córdoba CF. Es el próximo rival, con el que se despedirá 2018 y algunos recuerdos afloraron en tal ocasión.

Angel Rodríguez y Pacuco Rosales fueron discípulo y técnico en el ascenso de 1995-96, aunque el centrocampista llegó a la UD precisamente tras vestir la elástica blanquiverde. Y el entrenador de aquel recordado éxito del club fue en 1997-98 quien dirigió al equipo andaluz. También estaba en la sala vip del Gran Canaria Alvaro Pérez, que en 1993-94 dirigió al conjunto del estadio Arcángel. Todos ellos lo hicieron en ciclos de Segunda División B.

Cada uno con su propia historia en el club cordobés. Pero sin duda, el paso de Pacuco Rosales fue el más curioso de todos. Porque fue contratado por el presidente de entonces, Rafael Gómez, reconocido joyero de la ciudad de los Califas que no llegó a ‘convencer' del todo al técnico grancanario. "Estaría bueno", recuerda Pacuco. "Porque no acepté que Sandokán, como le decían, me hiciera las alineaciones".

"Pasé unos meses muy buenos en Córdoba", admite, "tengo un buen recuerdo pese a todo. Cogí al equipo en la zona baja de la clasificación y lo llevé hasta el quinto puesto faltando cinco partidos por disputarse. Pero a él no se le podía rebatir nada en el Córdoba. Por eso me echó pero de los cinco partidos que restaban, el equipo no ganó ninguno"

Le pedimos a Pacuco que analice el momento de la UD Las Palmas, después del derbi: "Siempre he pedido una semana más de trabajo a Paco Herrera. Si hubiese llegado tres jornadas antes al equipo la cosa habría cambiado más. Hay que darle tiempo porque el equipo está mejorando. El domingo ya vimos otra cosa", valoró. "Con dos extremos-extremos el equipo ha dado un paso. Se vio el domingo que tanto Fidel como Blum puede ser necesarios en un equipo así. Por cierto", puntualiza, "a ver si le explican a Blum que esto es un deporte de equipo y que hay que dar el balón al compañero si está solo".

"Nos hemos quedado más satisfechos con el equipo por lo que hizo en el derbi, ante un Tenerife que prácticamente no hizo nada y se aprovechó de un penalti que no existió. Así se ha demostrado. El árbitro ha reconocido su error, pero eso no nos vale".

El domingo Córdoba; donde ya veremos si la UD es capaz de hacerse valer aunque el rival sea cristiano, hebreo o musulmán. Porque en cualquiera de las versiones que ofrezcan los blanquiverdes, hay que ganar.