La previa

El final de una semana embarullada

Manuel Borrego

 

Cuando el balón cubra este domingo su primera rotación de rodaje en el Estadio de Gran Canaria se habrá terminado una semana embarullada por el regreso de Jonathan Viera, esta vez con la camiseta rival. Y comenzará el fútbol, que es al fin y al cabo el sentido de la existencia del proyecto grancanario.

 

La UD Las Palmas debe saltar al campo comprendiendo que el objetivo no es el Almería, sino la permanencia. Ya virtualmente la tiene entre sus dedos o en el bolsillo, pero cuanto antes supere la barrera de los 40 puntos mejor dormirán sus aficionados … si no lo hacen ya.

 

El partido entre las Uniones Deportivas de la actual temporada rescata también una rivalidad que ambos equipos han tenido en las últimas décadas. A veces arriba los andaluces, en otras los grancanarios.

 

Pero la clasificación actual puede ser lo más engañoso de todo lo que se pueda añadir sobre el encuentro. Sobre todo en el caso almeriense, cuyo perfil de plantilla tiene tal potencial que verlo en la última clasificación y sin conocer la victoria genera desconfianza.

 

Las Palmas ha hecho las cosas tan bien durante la temporada que su parcial actual (2 puntos de 12 posibles) no es capaz de generar incertidumbre. Aunque el movimiento se demuestra andando y es necesario reactivar la cosecha de puntos para desprenderse de interrogantes. Por muy lejano que puedan parecer.

 

García Pimienta tiene la segura baja de Saúl Coco, por su sanción federativa. Y también tendrá sus propias dudas sobre el once, donde en la última jornada introdujo alguna novedad en el bloque central.

 

¿Y el rival?. Contando en sus filas con Jonathan Viera en el mando de batalla y Pepe Mel en el banquillo ha garantizado el que por esta ocasión no pase inadvertido. Merecen la ovación de bien agradecidos. Pero luego, cada uno a pelear por sus garbanzos.