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Pacuco Rosales, 20 años después (1)

"Nuestra afición aún está celebrando el ascenso de 1996"

En unos días se cumple el vigésimo aniversario de uno de los logros más celebrados por la hinchada amarilla. El entrenador que los guió rememora la campaña, las claves del éxito y sus dificultades para terminarla. "Intentaron cesarme tres veces ... eso unió más a los jugadores"

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 08/06/2016 - 12:55

(Primera parte de la entrevista)

Manuel Borrego

"Nuestra afición aún está celebrando aquel ascenso de 1996. Entonces no sabíamos con exactitud lo importante que había sido para nuestro equipo y para la isla. Ahora, veinte años después, seguimos comprendiéndolo. Es un orgullo muy grande poderlo disfrutar en vida; cada día, los amigos de la ciudad me lo recuerdan. Y en estas fechas aún más".

En unos días, el 22 de junio -fecha de mucho calado en las diversas etapas de la UD Las Palmas-, se conmemorará el veinte aniversario de aquella gesta grancanaria, tras el pletórico triunfo en el Martínez Valero de Elche, quinto consecutivo de la liguilla de ascenso. A Pacuco Rosales (9 de abril de 1949) se lo recuerdan casi en cada desayuno, revive desde entonces un pequeño paso para un equipo y un gran paso para la marea del equipo representativo tras cuatro años de desorientación en Segunda B.

El mismo Rosales reconoce a los lectores de Tinta Amarilla que nunca imaginó el alcance real de aquel salto de Segunda B a la Liga Profesional del que fue protagonista en primera persona y por el que, entre otras obras personales, obtendrá en breve el reconocimiento de la capital grancanaria como Hijo Predilecto. "Es un honor muy grande que se acordaran de mí y más pasando tantos años. Tengo una grandísima ilusión por ello. Lo disfruto personalmente porque doy pasos por la calle y me demuestran el cariño de mis paisanos. Me llamaron del ayuntamiento y me comentaron, en nombre del Alcalde Augusto Hidalgo, que detrás de este reconocimiento no solo están los éxitos deportivos, sino el que la ciudadanía me exprese el cariño popular. Ese comentario me llena más".

"Si voy al Estadio, en cualquier fecha, lo hago hora y media antes del partido. Porque siempre el aficionado de todas las edades me recuerda; me piden fotos, hablan conmigo. La gente todavía celebra el ascenso del 96. Gente joven, amarillos de 40, 45 o 50 años rememoran ese día como uno de los ascensos más importantes de la Unión Deportiva Las Palmas. No por el logro en sí, sino por lo que significó tras los años de sufrimiento en Segunda B. En aquel momento no éramos del todo conscientes de lo que iba a suceder durante tantos años", significa.

Fue un año de Campeonato de Europa, como el actual, en un mes de mayo y junio intensos y calurosos, tras una temporada también que tuvo largo recorrido. El torneo continental se jugaba de manera simultánea a la liguilla, pero la gente estaba en la isla más atenta a Pacuco y su tropa. "Llegué a la Unión Deportiva tras mi paso por el Mensajero. Era la tercera ocasión en que se brindaba la oportunidad de negociarlo y fue la definitiva. En el primer entrenamiento le dije a cinco mil personas en el Estadio que teníamos un reto, no solo la ilusión. Con el paso de los meses logramos el objetivo y nos dimos cuenta que la isla levantó la moral por el éxito del equipo. Hace unas fechas el presidente Miguel Ángel Ramírez dijo que aquel ascenso revitalizó a la afición otra vez. Echando hoy para atrás la mirada, cuando a las cuatro de la madrugada más de 100.000 personas nos esperaban en la Playa de Las Canteras en aquel acto de las fiestas de San Juan, comprendes lo que supuso ganar la liguilla de aquella manera y lograr el ascenso. Fueron semanas de fiestas las que siguieron al 22 de junio".

Con motivo de la proximidad de esta efemérides y de los honores que le brindará la ciudad en las fiestas sanjuaneras de este año, el técnico revive con Tinta Amarilla aquella etapa llena de ilusión y de esperanza:

Ha marcado mi vida

"Sí, me ha marcado. Fue un privilegio como grancanario el haber logrado ayudar a la Unión Deportiva Las Palmas a salir de la Segunda B, al equipo de mis amores donde, por lesiones muy graves a los 22 años de edad, no logré ser jugador profesional porque tuve que dejar el fútbol muy pronto. Pero el tiempo me tenía reservado esa otra alegría, mayor si cabe"

Preparar a conciencia la liguilla

"No quiero herir ni enfadar a nadie. Desde fuera, veía que la UD Las Palmas lograba hacer primero, segundo y tercero en la liga regular de Segunda B. Clasificarse no había sido problema. Pero las promociones de ascenso ... habrían que haberlas preparado más a conciencia, amarrar todos los detalles. Nosotros nos fuimos diez días al Sur concentrados (antes de la liguilla). El goleador del equipo, Eloy, consideró que esa fue una de las claves para el ascenso, entrenando dos veces al día, pero todos juntos hicimos rutina. Y hubo una convivencia del grupo que reforzó lo bien que se había realizado el resto de la temporada"

El jumbo de Adrián Déniz

"A pesar de que le sacamos hasta 14 puntos al segundo clasificado, hubo momentos malos durante la temporada. Sin embargo, tuve un valedor en el club aunque nunca tuve problemas con los directivos de la época. Ese fue Adrián Déniz -el presidente-. Cuando confirmé mi fichaje por el club, la primera visita que hago fue al Cabildo. El día de acudir a la Casa Palacio, me paró un coche en Primero de Mayo y el conductor bajó el cristal. Me preguntó si iba para el Cabildo y acepté acompañarle. Resultó ser Adrián Déniz; allí nos conocimos. Y en aquel momento me dijo lo siguiente: "Nos vamos a subir a un jumbo en el que vamos a despegar y a aterrizar juntos". Le respondí recordándole que el fútbol era imprevisible y que los resultados marcaban decisiones. Y me respondió: "Yo me comprometo a que despegaremos y aterrizaremos juntos".

Intentaremos cesarme en varias ocasiones

"Adrián Déniz cumplió su palabra. Porque sé que en más de tres ocasiones se reunieron con él para proponer mi cese como entrenador durante la temporada. Fue gente importante, ajena al club y una del Cabildo, era un personaje potente en aquel entonces. El Cabildo, recuerdo, era el accionista mayoritario de la UD Las Palmas. Y entonces Déniz en las tres ocasiones les dijo que antes cesaban al presidente para que esa persona (del Cabildo) fuera la que cesara más tarde al entrenador. Adrián Déniz me mantuvo contra esa opinión"

La plantilla se rebeló ante mi posible destitución

"Antes del primer partido de la liguilla, frente al Nastic en Tarragona, tuve un problema con Chili. Porque a él no le gustó que tardara en el inicio del trabajo. Tuve unas palabras y decidí echarle del entrenamiento. Estaba allí un directivo, Rafael León Talavera, pero no el resto. Chili se duchó y se sentó a su lado. El caso es que ese mismo día me enteré que una parte de los dirigentes estaban reunidos en Madrid con García Remón para llegado el caso, si perdíamos el primer partido de la liguilla, cesarme y relevarme. Todo esto se lo comuniqué a los futbolistas, para que supieran lo que estaba ocurriendo. Ellos hicieron una piña aún más grande y salieron a por todas para conseguir el ascenso. Y así, a los veinte minutos, el partido con el Nástic iba 0-2. Y así luego al siguiente partido, al otro y al otro. Llegamos a conseguir quince goles contra uno del último partido. Los futbolistas se unieron más y el cabecilla de todo ello fue Manolo López; el gran capitán para mí"

Míster, se las sabe todas

"La plantilla demostró que tenía más que fútbol. Estaban muy unidos los jugadores. Tengo muchas anécdotas. Cuando nos concentramos en el Sur convoqué a Manolo, Orlando y Socorro y les dije que tenían permiso para salir a unos apartamentos que estaban muy cerca de nuestra concentración. Porque sabía que allí estaban alojados sus familiares. Ellos tenían intenciones de hacerlo porque querían estar cerca de los suyos. Se sorprendieron de que yo supiera ese dato y el permiso concedido. "Míster, se las sabe todas", me dijo uno de ellos. Pero yo comprendía que su comportamiento merecía ese afecto por mi parte, hacia una plantilla que era una piña"

Juan Manuel tuvo un papel muy importante

"Juan Manuel tuvo un papel muy importante en el ascenso de 1996. Le conocía desde hacía muchos años, de su época en el Artesano. Entró en el Vecindario porque yo mismo le recomendé. Tenía mucha ilusión por entrar en la Unión Deportiva. En una ocasión, cuando negociaba para ello, se gastó de sus ahorros 250.000 pesetas de la época para comprarse un ordenador en El Corte Inglés con el que poder trabajar en la Unión Deportiva. Y, sin embargo, no se produjo ese fichaje porque no nos volvieron a llamar y ... él se tuvo que quedar con el ordenador que no necesitaba".

"Flaco, mójate"

"A pesar de las diferencias que tuvimos Juan Manuel y yo, él fue pieza clave para mí. Y, además, siempre fue un entrenador que no interfirió en nada. Un día, en un encuentro en el que las cosas no nos salían, miré hacia atrás y le vi allí. Le dije: "Flaco, mójate ...". Y él respondió: "¿Tú me has preguntado?". El fue aquel año un segundo entrenador que con el tiempo sacó rendimiento a sus conocimientos para ser un primer entrenador que ha hecho una gran labor en la Unión Deportiva. Y sus resultados están ahí también". Por eso, "no entendí el por qué el club no quería que siguiera. Tengo como testigo a Pepe de la Rosa. Porque la persona que no quiere a Juan Manuel en la Unión Deportiva es Angel Luis Tadeo (...) Me lo comunicaron el mismo día en que firmaba la renovación. Pedro Bravo y yo hablamos con Juan Manuel aquella noche y nos dijo, en palabras textuales: "Tú firma, que es tu futuro. No te preocupes". Ocurre que después otras personas cambiaron la versión ante Juan Manuel, pero con los años ha llegado a entender la situación que hubo. Hoy tenemos una relación cordial".