La previa

La banda de Jonathan Viera tiene función

Manuel Borrego

 

No se le ha podido ocurrir mejor símil al entrenador del Burgos CF, Julián Calero, para condimentar el partido de la decimocuarta jornada del campeonato, fecha que coloca a todos los participantes en el tercio exacto del calendario de competiciones. Dijo el técnico burgalés que sus jugadores han viajado a Gran Canaria con ganas de rock and roll.

 

Claro que, decirlo así, da la impresión de que el tercer clasificado de la Segunda División actual parece que vendría a la isla a dar un concierto, a amenizar un partido y no a colocarse frente al portero Caro para protegerlo con una muralla, tras otra. Si fuera esto último, sus gustos musicales distan del atrevimiento que en sí mismo impregna al propio rock and roll. Porque estaría hablando de otro estilo musical.

 

Han elegido para ello el escenario donde la banda de Jonathan Viera, por así denominarla, tiene una nueva función como equipo local. Y además, con la herida de haber ‘desafinado’ en puntería en su última actuación en Huesca.

 

Calero y sus jugadores tendrán que pedir permiso a Las Palmas para utilizar sus instrumentos en el partido que este 1 de noviembre se disputa en el Estadio de Gran Canaria. En ese recinto todavía no se ha celebrado un gol rival, aunque sí se han firmado dos empates.

 

Los aficionados grancanarios esperan que de nuevo vuelva a escucharse la sintonía del líder, que ya en sí mismo tiene argumentos suficientes como para salir motivados al campo a no defraudar a su nutrida audiencia de las dos decenas de millar.

 

Para ganar al Burgos (algo que no se logró en 2021-22), los músicos isleños han de insistir en la melodía que bien conocen, pero atinar con el balón en el área de un portero que llega a la isla sin haber encajado un tanto (los que suma el Burgos en su contra se registraron con el meta reserva, Dani Barrio). Ese es otro de los alicientes de la primera tarde de noviembre donde, además, hay señales individuales al cruzarse los dos principales candidatos al trofeo Zamora de esta temporada.

 

Pero no hay mayor premio en este día para la UD Las Palmas que poder abrir un hueco de seis puntos con el tercero en discordia. Para ello, García Pimienta tendrá que cambiar al menos al batería Alex Suárez, y devolver protagonismo al teclista Enzo Loiodice y al saxofonista Sandro Ramírez, estos dos últimos como ausentes condicionados en El Alcoraz.

 

Y cuando el colegiado Ávalos Barrera diga que se puede comenzar, ya se verá quién tiene la batuta y quién no desentona. Aunque la primera tonadilla del 1 de noviembre ya podrían tenerla en boca los amarillos para seguir la estela como anfitriones: “A los hijos del rock and roll: Bienvenidos”.