La previa

El día idóneo para apagar un berrinche

Manuel Borrego

La falta de tensión (léase ambición) mostrada en el primer tiempo del encuentro ante el Oviedo, este pasado miércoles, ha marcado la semana en la UD Las Palmas.

El mismo Pepe Mel desveló que esa actitud deportiva de sus jugadores provocó en él un berrinche que no pudo disimilar. Y que aún perdura.

Porque no sólo se perdió la posibilidad de agarrarse al último vagón por pelear por el play off, por la última plaza del play off en realidad, sino porque esa derrota en el Carlos Tartiere dejó la calculadora abierta pendiente de un finiquito.

Tiene tres oportunidades la UD Las Palmas para sellar cualquier peligro, que es lo que aún preside en sus pensamientos. Esa primera amenaza la representa el CD Mirandés, un rival nunca cómodo para los amarillos y que acude al Estadio de Gran Canaria a quemar también sus últimas naves por un objetivo que en teoría no le corresponde.

Se adivinan cambios en el once de la UD Las Palmas. No ya por el relevo de futbolistas para mantener la gasolina de todos en óptimas condiciones; también porque lo presenciado ante el Oviedo en general no convenció. No sólo para el juego ofensivo sino también para el defensivo. Todo pasó por esa tensión (ambición) de la que habla el entrenador.

Y ya no es buena señal que en la jornada 39 el técnico eche en falta ese componente tan valioso en los equipos de Segunda División.

El partido tiene sus notas de color propias. De una parte, la primera actuación de Raúl Lizoain como rival de la UD Las Palmas. De otra, la posibilidad de que Rubén Castro siga ampliando su leyenda de esta temporada, considerado como el mejor jugador del mes de junio y ya inmerso en el top 10 de los goleadores históricos de la UD Las Palmas. Y también, es la penúltima oportunidad de ver en casa y de amarillo a Pedri González, pendientes de conocer la determinación del FC Barcelona sobre su futuro.

Pero antes que todo, certificar la permanencia. Que ya es argumento de peso.