La previa

12.000 ilusionados esperan también el contagio

Manuel Borrego

 

Se alza el telón de la Liga sin caer el de los despachos en la pretemporada. Pero no hay tiempo para miramientos, ni para excusas, porque los tres primeros puntos en juego ya se exponen este domingo en el Estadio de Gran Canaria.

Las Palmas y Huesca, con sus propios problemas de intendencia deportiva, se ven las caras en una apertura de Liga inédita para ambos equipos. Siempre se encontraron en Segunda División o en Copa, pero en circunstancias distintas a las actuales.

Tras semanas de trabajo, finalmente Pepe Mel puede formar un bloque con garantías de combate pero con una incógnita evidente: ¿Quién actuará como delantero centro en el estreno?.

Las demás posiciones de la primera alineación se han ido insinuando en los últimos días. Pero el ariete es la gran incógnita: Rubén, el croata Boris, una pieza adaptada, ... Todos los pronunciamientos están dirigidos para el isletero Rubén, que ha llegado al inicio de la Liga en la hora de embarque. Pero una cosa es estar disponible y otra distinta, como el propio Mel aclara, es hacerlo al ciento por ciento. Rubén no puede tener el ritmo de juego y la condición física de sus compañeros, pero un rato suyo de inspiración puede ser a veces suficientes.

Mel ha ocultado más que nunca sus cartas. Incluso este sábado fue de puntillas con sus comentarios ante un rival que puede caer en un partido trampa pese a que su entrenador ha confesado que "no me conformo con el empate".

El Huesca llega a una isla donde el fútbol comienza a renacer desde sus propias cenizas, como ha ocurrido tantas veces en el club amarillo. 12.000 ilusionados (12.024 abonados según cifra oficial de la Ud Las Palmas este sábado) esperan el primer gol de la temporada, la primera alegría. Es una responsabilidad y ya la competición irá diciendo quién es quién o hacia dónde va cada uno.