Puede convertirse en una contradicción. El buen rendimiento de un futbolista cedido, como es el caso del portugués Fabio Silva o de su compatriota Dario Essugo, tiene el sinsabor de un final de relación inevitable. El delantero y el centrocampista están creciendo a pasos agigantados en la UD Las Palmas, con una labor estimable en el proyecto de esta temporada como jugadores integrados de pleno en la Liga y en Primera. La fijación en ellos tanto de los clubes propietarios de sus derechos como de aspirantes a poseerlos es segura. De seguir así, su paso por la UD Las Palmas va a ser determinante en jóvenes carreras de ambos.

También puede ser una contradicción la sensación de noche triunfadora a nivel personal cuando el equipo ha cedido los puntos con el adversario. En ese segundo escenario también quedó frente al Mallorca el atacante Fabio Silva, varias veces ovacionado por los casi 23.000 espectadores que acudieron al partido. Y no solo por la ejecución perfecta del que ha sido primer penalti amarillo de la temporada, a Fabio el público grancanario le premió su batalla, el constante bregar contra fornidos defensas como Valjent y Raillo -este último sacó todas las artes veteranas para contenerlo- y la pelea incesante en la presión como primer defensor de la UD Las Palmas.

Fabio Silva (22) está ganando el concurso del delantero titular en la UD Las Palmas. En esta última oportunidad, incluso después de no haber tenido descanso con la sub21 y la absoluta de Portugal. Su semana había sido completa y solo le faltó la guinda de un triunfo que finalmente Muñiz Ruiz empañó.

Ya son 4 los goles de Silva en el presente campeonato. Está mejorando los promedios de sus registros realizadores firmados en Portugal, Inglaterra, Bélgica, Holanda y Escocia. Incluso en el número de disparos a portería. Es como si el momento, el estilo de juego y la madurez del jugador ha llegado al momento exacto y al equipo adecuado. Fabio debe estar contento por su elección, como los aficionados grancanarios lo están por su venida. Aunque en el largo plazo, de seguir así, los caminos estarán destinados a cruzarse pero en direcciones distintas.