GUILLERMO HERNÁNDEZ

* La plantilla que conquistó el trofeo de 1995 tiene cita conmemorativa para el 30 aniversario, porque las bodas de plata debieron aplazarse a causa de la pandemia
“Ya se veía que aquella plantilla del filial que logró el título de la Copa Federación iba a llegar lejos. En mis años como entrenador nunca dirigí un equipo completo como aquel (1995), con muy buenos jugadores en todas las líneas, el más compacto que yo en todas las líneas que he encontrado como entrenador de la cadena. Fuimos campeones con todo merecimiento”.
Guillermo Hernández es quien hace esta definición para los lectores de Tinta Amarilla al hablar del torneo nacional eliminatorio cuyo trofeo acabó en las vitrinas de la UD Las Palmas. En 1995, un 29 de junio, Las Palmas Atlético cantaba el alirón en Balaguer, provincia de Lérida, después de ganar allí 1-3 el segundo de los partidos de la final a ida y vuelta. El entonces presidente de la RFEF, Ángel María Villar, entregó al capitán Pedro Cruz la Copa de campeón conquistada con 10 victorias, 3 empates y solo una derrota.
Ese grupo de jugadores que Guillermo Hernández adiestró como entrenador volverá a reunirse el 28 de junio (Restaurante La Marinera)por iniciativa asociada con la UD Las Palmas. El club agradece así a aquella generación liderada por Juan Carlos Valerón que logró el segundo trofeo nacional de filiales y que no pudieron celebrar en las bodas de plata. Porque al cumplirse en 2020 el 25 aniversario era imposible una agrupación de personas para un acto, al coincidir la fecha de celebración con los episodios más duros de la pandemia del Covid.
“El partido más difícil, sin duda, fue el último frente al Balaguer”, valora Hernández pasados 30 años. “Había una gran tensión antes del encuentro porque solo teníamos una ventaja de un gol (1-0) de la ida. El ambiente de la final fue tremendo, pero el equipo demostró mucha personalidad y ganó el partido con rotundidad. El rival era experto, pero nuestros jóvenes jugadores demostraron la calidad que ya tenían”.
En aquellos momentos la UD Las Palmas vivía con mucha incertidumbre, aún inmersa en el duro cuatrienio de la Segunda B. El equipo profesional había fracasado en su tercer intento de ascenso a través de la liguilla, … por lo que toda la atención se centró en el concurso de Las Palmas Atlético en la Copa Federación.
En su trayectoria, el filial de Tercera amarillo había dejado en el camino a la UD Gáldar 0-2 y 0-0. El siguiente turno fue el Arguineguín con 0-4 y 1-1.
El primer rival fuera de Gran Canaria fue la UD Ibarra tinerfeño -había eliminado al histórico Tenisca-, al que dejó en el camino con un 0-0 y 4-0.
Los gallegos del Betanzos esperaron en la siguiente eliminatoria, ya en octavos de final. Pero Las Palmas Atlético resolvió el cruce de la manera más contundente: 5-0 y 0-4.
En cuartos de final los canteranos grancanarios encontraron en el camino a Los Palacios, de Sevilla, al que superaron con una doble victoria 3-1 y 0-1.
El Puertollano Industrial, de Ciudad Real, fue el único capaz de vencer a los amarillos por 1-0 en el choque de ida. Pero Las Palmas Atlético volteó la situación en casa, con un rotundo 3-0.
La gran final, como decimos, se produjo ante el Balaguer: 1-0 y 1-3 fueron los dos guarismos que decantaron el título para el excelente conjunto isleño.

“Como entrenador fue un placer dirigir a este tipo de jugadores. Ya se intuía que muchos de ellos podrían jugar en el primer equipo del club, como así ocurrió. Había gente de mucha calidad y personalidad en el juego: Valerón, Manuel Pablo, David Martín, Lampón, Toni Borrego, Marcelino, … Juan Carlos tenía una clase fuera de lo normal. Estaba seguro de que sería más tarde el futbolista que todos vimos. Puedo nombrarlos a todos y decir que rindieron a gran nivel”, explica Guillermo Hernández, que todavía en 2025 sigue con funciones técnicas como asistente del cadete A del club.
Cierto es que la mayoría de los jugadores, de una u otra forma, llegaron al fútbol profesional con distinta fortuna.
Los 25 magníficos
Aquella plantilla campeona de la Copa Federación de 1995 estaba compuesta por Santi Lampón, Javi Ortega (porteros), Jero Santana, Guillermo Castro, Gustavo Santos, Marcos, Juan Carlos Iglesias, Castilla, José Ojeda, Sergio Hernández, Pedro Cruz, Juan Carlos Valerón, Manuel Pablo, Toni Borrego, Oliver Santana, David Martín, Pachi Castellano, Ismael, René, Quique, Marcelino Díaz, Alexis, Dani García, Falo y Sergio.
En el torneo, Las Palmas Atlético logró 30 goles -solo encajó 4 tantos). Marcelino Díaz fue el máximo realizador del equipo (7), seguido de Iglesias (5), David Martín (4), Toni Borrego (4), Dani García (2), Guillermo (2), Falo (2), Ismael (1), Dani García (1), Oliver (1) y Manuel Pablo (1).
La finalísima de Balaguer
El encuentro donde todo se decidió tuvo lugar en el campo Municipal de Balaguer, ante más de 2.000 aficionados. Las Palmas Atlético alineó a Lampón, Manuel Pablo, Guillermo, Gustavo, Pedro Cruz, Jero, Valerón, Iglesias, David Martín, Toni Borrego y Marcelino. En los cambios entraron Dani García y Falo.
Balaguer se adelantó con un tanto de Isidro a los 12 minutos, pero Las Palmas Atlético cerró la eliminatoria con goles de Iglesias, Toni Borrego y Falo en los minutos 74, 77 y 88.
En las filas del Balaguer actuaba Roberto Martínez, el ahora seleccionador de Portugal -anteriormente en Bélgica-. |
El recuerdo de Valerón
Así valoraba Valerón a Tinta Amarilla aquella etapa suya como jugador de Las Palmas Atlético, campeón de la Copa Federación de 1995:
"Teníamos un equipo muy bueno en todas las líneas, con una generación de jugadores de gran calidad. De hecho, muchos de los jugadores de aquel filial llegarían más tarde en algún momento a la primera plantilla, unos más que otros. En la competición nos salió todo redondo, fuimos cada partido a más. Y las personas que pudieron presenciar aquellos encuentros reconocen que hicimos un fútbol muy bueno. El recuerdo que tengo del éxito de Balaguer es con mucho cariño, porque fue un partido complicado que resolvimos muy bien, todos muy unidos".
“Existía una gran unidad. Éramos, además de deportistas, buenos amigos y aún hoy se conserva la relación entre muchos jugadores. Guillermo Hernández jugó un papel muy sencillo como entrenador. Hacía las cosas fáciles y el equipo rindió con él muy bien. He de recordar que la temporada la había iniciado el filial con Paco Castellano, pero hubo un cambio por el relevo en el primer equipo de Boronat. Hernández nos transmitía ideas, tranquilidad y experiencia. Jamás nos incorporó la presión. Su concepto era hacer fútbol con buen gusto, pero siempre asociativo. Todo salió redondo en aquel torneo"
"A nivel humano fue una experiencia increíble todo lo que vivimos en ese torneo. Nunca imaginamos que íbamos a llegar tan lejos. Para mí, siendo tan joven, fue un momento espectacular".