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Opinión

Las largas caras de una sangría que no cesa

  • EL OTRO PARTIDO
  • 19/12/2021 - 18:53
Las largas caras de una sangría que no cesa El gesto de los jugadores de la UD Las Palmas al acudir a vestuarios en el partido del sábado, frente a la SD Eibar (C. Torres)

Manuel Borrego

 

Pepe Mel ha dirigido su enfoque en esta crisis de resultados hacia las ocasiones malogradas en algunos partidos, incluyendo en ellos el celebrado este sábado frente a la SD Eibar. El parcial de 5 puntos logrados por su equipo de los 21 disputados recientemente en la Liga genera en él y en la afición de la UD Las Palmas una creciente preocupación.

 

Su mirada hacia ‘el otro lado del campo’ es obvia. Aunque quizá ajustarla en el choque frente al Eibar puede traicionar las sensaciones generales de ese partido. Porque disparar 18 veces no es sinónimo de disponer de las mejores ocasiones en el día de autos. Esas, sin dudas, las tuvieron los eibarreses al margen del gol o goles de Stoichkov. Con menos presencia en el campo adversario tuvo mayor dinamita.

 

El técnico de la UD Las Palmas mira al tejado y pasa de largo sobre el claro déficit en los cimientos. Lo que está condenando a la UD Las Palmas una vez más es el volumen de goles encajados que en el ecuador de la temporada de Liga ya alcanza los 26. Por este camino, la proporción llevaría a los amarillos a sumar 52 tantos rivales en sus redes al final de campeonato (53 la pasada temporada) y ese dato es condenatorio para cualquier candidato. Al contrario; es propio del sufrimiento.

 

La media de goles en contra es una losa año tras año. Parecía haberse arreglado, pero los números dicen que no es así. ¿La causa?. No creemos que sea exclusivamente por la ausencia de un jugador de ayuda a la contención, como lo ha demostrado Nuke Mfulu. Pero sin duda su baja ha ayudado a que el equipo pierda percepciones de seguridad que durante algunas jornadas sí mostró.

 

El análisis del entrenador debería ser más amplio (diríamos con más aroma a equipo de Segunda División) si quiere arreglar una sangría que se repite temporada a temporada durante su etapa en el club. Ya explicamos recientemente que sus promedios de tantos encajados por partido están por encima de un gol por partido desde el día que relevó a Paco Herrera. En etapa de Angel López como su asistente se llegó a afirmar que habían realizado todo tipo de propósitos de enmienda, ajustes en la idea del juego, y que incluso en el vigente campeonato una de las prioridades era precisamente la reducción del número de goles en contra. Pero a mitad del camino, sin contar los cinco tantos en contra que llegaron en dos partidos de Copa, el problema sigue siendo quebradero de cabeza. Y, además, la mayoría de los goles recibidos se fraguaron sin opciones de respuesta de los porteros utilizados.

 

“He pedido a Luis Helguera de todo” expresó recientemente Mel al hablar de los refuerzos que ha apreciado para la segunda vuelta. Es una opinión que difiere de todo aquello que en el verano habló, cuando salió a relucir el símil de Ferrari para la plantilla que se había confeccionado entonces.  Por cierto que aquella definición ya provocó su propio arrepentimiento.

 

La UD Las Palmas podrá reforzarse en todas las posiciones, como ya hizo en el verano. Pero si no es capaz de gestionar de otra manera su forma de competir en retaguardia (léase modelo colectivo) será complicado de cambiar el rumbo y el rostro de unos jugadores que este sábado se fueron a casa con las secuelas de la sangría que hiere sus esperanzas.

 

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