Obituario

El adiós de Antonio Castellano, fundador de la AD Siete Palmas

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Manuel Borrego

Una triste noticia nos acompaña este domingo: El fallecimiento de Antonio Montesdeoca Castellano a los 78 años de edad. Castellano, como se le conocía en el fútbol grancanario, fue el hombre que en 2003 puso en marcha la Agrupación Deportiva Siete Palmas. Y una persona muy vinculada al mundo del deporte formativo.

Se nos ha ido una persona buena, un apasionado del fútbol y formador de deportistas. Un hombre también enamorado de la gestión, ya que su vida profesional estuvo dedicada a ella en varias empresas hasta la jubilación. De la nada, hizo brotar un modesto club de fútbol que hoy es referente en las competiciones provinciales de base, con residencia en el estadio Anexo al Gran Canaria.

Tuvo Castellano una primera etapa como jugador. Era natural de Arucas y el destino quiso que fuera compañero de Tonono Afonso en el equipo juvenil de la Ciudad de Las Flores, antes de que el gran defensa central viajara hasta la capital para incorporarse a la UD Las Palmas. Castellano jugaba "por delante de Tonono", recuerda con emoción su hijo Toni. "Su etapa como jugador que él me contó siempre la desarrolló en el Arucas. Aunque hace unos días unos amigos me enseñaron una foto y desvelaron que también pasó por el CD Moya".

Pero la verdadera vocación de Antonio Castellano era la de técnico. Comenzó en el Unión Viera, pasó por el Atlético Feria y más tarde, ya jubilado, volcó todo su tiempo y amor a la criatura que él mismo había fecundado: la Agrupación Deportiva Siete Palmas.

Castellano convenció a los gestores del recién creado centro comercial para instalar allí por las tardes una mesa y una silla, con un cartel que requería jugadores en edad desde alevín para formar un nuevo club. Él personalmente atendía a los padres y niños que preguntaban por el nacimiento del Siete Palmas, en una zona de expansión de la capital. Apuntó primero a una treintena de jóvenes futbolistas, creó sus dos primeros equipos (alevín e infantil) y el balón comenzó a rodar meses después en un amistoso disputado en la tierra de Lomo Magullo. Caste, como le decían los niños aprendices, fue el primer entrenador del joven club. Pero sus cálculos se desbordaron de inmediato por la fuerte demanda deportiva que se generaba en la AD Siete Palmas, ese joven equipo entonces con uniforme celeste en la camiseta y calzón negro que era goleado en todos sus primeros encuentros. Sin embargo nunca se rendía. Hoy, el proyecto de la entidad está afianzado, con otras manos que siguen el testigo dejado por Castellano.

La Federación de Fútbol de Las Palmas reconoció la labor de Castellano en el transcurso de un acto institucional celebrado en 2011. El progenitor de la entidad no tenía tiempo para entrenar porque las otras ocupaciones del club lo desbordaron de inmediato. Hace algunos años delegó en sus funciones por enfermedad y este sábado, rodeado de su familia, nos ha dicho adiós en silencio. Su incineración tiene lugar en el Tanatorio San Miguel, en la capital grancanaria.

Desde la redacción de Tinta Amarilla queremos expresar nuestras condolencias a toda la familia. A su esposa María Luisa Santana, hijos Antonio y Mariola; a toda las personas que lo rodearon con especial mención a sus maravillosas nietas Miriam y Sara Vargas. "Unas campeonas, como era también él", sentencia Mariola.