Del viaje a Corea al contrato de voluntariado

La Federación explicó a los asambleístas que el Maestro Shin es el que invita a los luchadores a Corea y que la convocatoria femenina se realizó a través de whatsapp

B.P.

A las 04.40 de la madrugada del sábado al domingo culminaba en Teguise, Lanzarote, la asamblea general de la lucha canaria. Abordó durante largas horas intensos debates, con muchas propuestas y la amplia mayoría declinadas por el voto de los representantes de todos los gremios de la lucha e islas. El 'no' al salario de los presidentes federativos, el mantener la prioridad en las competiciones insulares sobre la regional como hasta ahora se conocía y el debate de los pesos, que sigue manteniendo confusas interpretaciones fueron temas estrellas de la sesión. Pero hubo más.

Uno de ellos estuvo relacionado con la polémica suscitada por la convocatoria de luchadores a Corea del Sur, para el festival anual de lucha Ssirum -tradicional del país asiático- y el modus operandi de la convocatoria. Germán Rodríguez y los miembros de su junta directiva dieron explicaciones: los luchadores que acudieron en 2014, el ejemplo a ilustrar, lo hicieron por invitación del Maestro Shin, embajador de ambas modalidades. Deja en esa responsabilidad la citación de la mayoría de los componentes de la delegación (es el caso de los grancanarios Alvaro Déniz y Tino González Pollo de la Herradura). Los deportistas, según la versión federativa, se abonan el billete desde Canarias hasta Madrid y todo lo demás corre a cargo de la Federación Ssirum. Sin embargo, en algunos casos, el pago es completo para aquellos luchadores que se adhieran al grupo de manera voluntaria al no entrar en el cupo de estas invitaciones.

De tal forma, la Federación Regional no se hace responsable de la confección de ese equipo que anualmente va a Corea del Sur, quedando en manos del Maestro Shin esa determinación.

También salió a escena la polémica suscitada por la inclusión en el grupo de viajeros canarios de la luchadora palentina Mónica Matías. El presidente regional desmintió que fuera invitada por su federación y así se lo hizo saber al Diario de León, que publicó la información en este términos. El rotativo, sin embargo, hablaba de varias invitaciones. La protesta expresa de este asunto fue del Santa Rita, campeón de Canarias en las últimas temporadas, cuyas luchadoras desconocían la celebración de un torneo de Ssirum en modalidad femenina. "Nos enteramos de que había lucha Ssirum femenina por Tinta Amarilla", les dijo Ortega, presidente del club grancanario. La Federación aclaró que hizo esta convocatoria a través de un grupo de whatsapp y que de ahí partió la participación de las chicas que estuvieron en Corea del Sur hace dos semanas, que se habrían cubierto sus gastos de desplazamiento. Esta explicación llegó con una petición de disculpas públicas para los afectados o aquellas luchadoras que se sintieron ninguneadas.

El contrato de voluntariado

Entre los asuntos abordados, los miembros de los servicios jurídicos de la Federación de Lucha Canaria realizaron un avance a los asambleístas para incorporar en próximas fechas la figura del voluntario a los estatutos del deporte vernáculo. Esta es la primera respuesta antes de conocerse en profundidad el desarrollo del contrato de voluntariado que presentó el Consejo Superior de Deportes esta pasada semana y que se convertirá en la herramienta legal para la relación de colaboradores y/o técnicos y deportistas con los clubes sin ánimo de lucro.

El asunto está aún en fase embrionaria pero va creciendo la preocupación entre la familia del deporte canario, en especial de la lucha. La primera aproximación se realizará a través del estudio del contrato de voluntario para, a partir de ahí, proceder al asesoramiento de ayuda a todos los clubes.

La noche fue larga. A las 4.00 de la madrugada, apenas quedaban miembros en la sala. Los 13 de Gran Canaria, intactos, acompañados por máximos responsables de otras islas. A esa hora, los números de la gestión administrativa. Y en un pis pas, todo aprobado; el cansancio ya no daba para más.

 

Fernando Hernández, directivo del Maninidra, interviene ante la sala