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"No me moriré sin ver otra vez a Las Palmas en Primera División"

El popular Tino Vega reconoce que "mi vida ha cambiado, ahora soy más feliz" tras superar el dolor de la pérdida del ascenso y convertirse en uno de los protagonistas de la campaña de abonados de UD Las Palmas. Cuenta a Tinta Amarilla su vida, unida desde hace más de cuarenta años al fútbol, y su curioso anecdotario en el club amarillo

  • GENTE CON DUENDE
  • 10/07/2014 - 08:08

Manuel Borrego

Tino se ha convertido en uno de los personajes principales de la campaña de abonados de la UD Las Palmas para la temporada de la reválida. Sus lágrimas el 22 de junio, aquel día ya tan señalado en la historia del deporte grancanario, se han convertido en símbolo de un histórico momento. Por ello, han quedado reflejadas en el spot realizado por la sad, en una señal del dolor de aquel drama colectivo posterior al gol de Ulises Dávila. Tino representa la humildad de la gente del club y también las raíces añejas y populares del fútbol en Gran Canaria, que anhelaba esa posibilidad de ascenso que se escapó en apenas en un segundo. Él se ha levantado con más fuerza, convencido por otra idea que se apodera de sus pensamientos: "No me moriré sin ver otra vez a Las Palmas en Primera División".

Agustín Vega del Toro (28 de mayo de 1951) viaja con su ilusión a través de Tinta Amarilla a todos los rincones del Planeta, allí donde hay un aficionado de la UD Las Palmas dispuesto a escuchar su mensaje. Él es el popular Tino el Escachao, un apodo que no le gusta pero acepta: "cuando alguien lo pronuncia sé de inmediato si lo hace con afecto o no", nos dice. Explica que ese bautismo tan insular le llegó siendo niño, cuando "mis amigos me diferenciaban así de otro Tino del grupo. Yo era más pequeño; y lo sigo siendo. Apenas mido 1.57 y peso 55 kilos".

Tino lleva una vida completa unida al fútbol regional, desde 1971. Es hijo de un albañil de Guanarteme (Antonio Vega Santana) y de una ama de casa laboriosa (Dolores del Toro Castro), que hicieron familia con una docena de hijos. Él nació con una hermana gemela, que falleció al cumplir algo más de un año. Una infancia humilde dio paso a esa larga vida fundida en el deporte, allí donde alguien necesita que otra persona eche un cabo de forma desinteresada. Se le ha visto en todos los rincones de la capital donde un balón rodara; desde hace más de una década mete el hombro para el renacer del club que ha disfrutado entre los grandes.

Su llanto por la Unión Deportiva fue sincero y se ha convertido en el preámbulo del siguiente proyecto que sucedió al que estuvo a punto de alcanzar la tierra prometida de la Primera División: "He llorado mucho. Aquella noche me acosté y no quería despertar. Cuando lo hice no quería creer lo que había sucedido. Lloraba porque había ocurrido algo muy injusto, que no merecíamos. Es la peor experiencia que mucha gente ha vivido en el fútbol, con los incidentes posteriores que fueron muy desagradables. Yo mismo recibí un botellazo, pero era tanto el dolor que tenía por no ascender que casi ni me acordaba. Era nuestra fiesta y miren cómo acabó".

Tino recuerda que al pasar camino del estadio, por el acceso de Naciente, vi allí aparcada "la guagua del ascenso, no tenía cubierta y con publicidad de Tropical por todas partes. Todo se había hecho muy discretamente pero no contábamos con lo que iba a ocurrir". Pero admite que "hemos de aprender. Todos tenemos que hacer lo mismo, volver a intentarlo porque este mal sabor hay que quitarlo".

El auxiliar de UD Las Palmas reconoce que su vida ha cambiado en estas últimas semanas. "Las cosas pueden suceder por algo. Me preguntó Patricio Viñayo -director general de gestión- si estaba de acuerdo en que mi imagen saliera en un vídeo del club. Cuando vi el spot de la campaña por primera vez ... menos mal que las luces estaban apagadas. Ahora la gente me para por la calle, me piden hacerse una fotografía conmigo, me dan ánimos; todo es diferente. Soy más feliz, porque creo que puedo ayudar a los demás a serlo. Pero sigo siendo el mismo Tino: no soy de la Unión Deportiva por dinero, sino por pasión al equipo".


Un hombre de fútbol que nunca jugó al fútbol

Estas son las vivencias de Tino Vega, desde su infancia hasta la actualidad:

"Comencé a trabajar como cabrero a los nueve años"

"Mi primer trabajo fue muy temprano, a los nueve años. Tenía que ayudar en casa, donde éramos doce hermanos. Estudié en el Colegio Guanarteme pero, entonces, pasé a trabajar como cabrero, pastor. El ganado tenía más de cien animales y el establecimiento estaba al lado de la plaza del Pilar, cerca de mi casa. Tenía que limpiar el local, les echaba de comer a las cabras y las paseaba hasta un solar muy grande, donde ahora está situado el Centro Comercial Las Arenas. Luego repartía leche entre los vecinos. Ganaba muy poco. Mis otros empleos fueron en el Bar Naranjo, en el Restaurante Acapulco y en Hotel Pez Espada; ahí ejercía como recepcionista y camarero"

"Nunca jugué al fútbol; ni me gusta la playa"

"El fútbol me apasiona, es mi vida, pero nunca fui jugador, ni jugué un partido como aficionado. En mi vida le habré dado cuatro patadas a un balón como mucho. Vivía en Guanarteme pero tampoco me gusta la playa, no sé nadar. Tiene una explicación porque siendo niño, como a los once años de edad, yo estaba presenciando un partido de mis amigos que jugaban en la arena. El balón se cayó al agua y fue a buscarlo uno de ellos en la zona de la ‘chupadera', por la Cicer. Se lo llevó el mar y aquello me impactó muchísimo. Ese miedo aún lo tengo"

"Dejé el arbitraje porque se movía a través de las cuñas"

"Me gustaban otros deportes, como el baloncesto. Pero no lo practiqué porque era muy bajito. Sí llegué a ser árbitro, para categorías infantiles y alevines. En una ocasión llegué a arbitrar la final de un campeonato cuando se jugaban los partidos en las Rehoyas, en el campo de los Paracaidistas. Me gustaban varios colegiados canarios, como Merino González y Santana Páez. Sin embargo, después de diez años, abandoné porque el arbitraje se movía a través de las cuñas y eso no me gustó. Si tengo que llegar a algo que sea por mis propios méritos; también la norma es para los demás"

"El primer equipo del Huracán lo dirigí yo"

"Paco del Pino me llamó porque había fundado el Huracán. El primer equipo del club fue un alevín y a esa plantilla la dirigí yo. No tengo el título de entrenador pero en aquella época colaboraba con los clubes. Jugábamos en los campos de La Ballena, donde hice una gran amistad con Juaneco, que en paz descanse. Luego fui entrenador del Lita, Juan Guedes, Teletaxi, Alcorde y el Peugeot. Todos eran de categoría infantil hacia abajo"

"Vitolo me pidió la moto para dar una vuelta y desapareció más de media hora"

"No sé conducir, no me gusta. Pero en su época la UD Las Palmas me puso una moto para que me pudiera desplazar. Me movía con ella por toda la ciudad y durante unos meses tuve también el encargo de llevar a Vitolo a su casa, en San Cristóbal. Se subía conmigo en la moto e íbamos juntos. Ese diablo es un buen niño, pero un día me pidió que le dejara dar una vuelta en solitario. Le dije que sí y desapareció con la moto más de media hora. Lo pasé fatal porque pensé que si la policía lo paraba me iba a meter en un buen lío"

"Convencí a Jonathan Viera para que firmara por la UD, no por el Uni"

"Había visto jugar a Jonathan Viera y era una cosa extraordinaria. Un día, en los siete campos de La Ballena, le vi bajar en dirección a unas pruebas que estaban haciendo allí la gente del Universidad. A ese equipo no lo podía ni ver. Entonces le pregunté y me dijo que se iba a presentar. Le dije: ¡Romario; deja eso y vente que verás que te ficha la Unión Deportiva!. Lo convencí, por fortuna, y fue así cómo se incorporó a Las Palmas. Tuve buen ojo con él"

"La camiseta roja del Sevilla, con autógrafo"

"Esos chicos son muy buenas personas. La primera vez que Vitolo vino unos días tras su traspaso me llamó por teléfono y me dijo que saliera un momento del club (en Pío XII), porque tenía que darme una cosa. Era una camiseta roja del Sevilla, con autógrafo dedicado. "Con cariño, de Vitolo, para mi amigo Tino". Ese tipo de cosas son las que me compensan, más que el dinero. Siempre digo que las perras vienen y van; la salud no regresa"

"El Crass me tiene marcado; pero sé quién es porque yo le entrené"

"La gente me dice por la calle que quiere hacerse una foto conmigo. Y yo a veces les respondo que lo dejen, porque antes de que la hagan ya la ha cogido el Crass para hacer una broma en internet. Me tiene marcado, aunque lo hace con gracia. Yo también me río con sus ocurrencias. Mi hermana es la que me dice cuando sale uno de sus montajes. Yo sé quién es porque le entrené cuando era jugador del Lita. Es divertido; siempre me llevé bien con él porque era un buen niño"

"Entre mis jugadores, Javier Hernández y Javier Campos"

"En mis equipos hubo mucha gente que llegó lejos en el fútbol. Algunos no, porque a los quince años los chiquillos se enamoran y otros se pierden en los vicios. Se han quedado muchos jugadores en el campo. Sin embargo otros fueron muy serios. Como Javier Hernández, que más tarde sería médico del club; conmigo era portero. O Javier Campos, al que fiché para el Lita procedente del Costa Ayala. Se enfadaron en aquel club mucho conmigo, hasta el punto que el fin de semana siguiente no me dejaron entraron entrar en el campo. Estuve vetado"

"La moto se acabó por un extraño accidente"

"La moto también la abandoné. Dije: nunca más. El 23 de noviembre de 2007 -señala con relojera precisión- salí con ella del club y cuando iba por Paseo de Chil ... no me acuerdo de nada. Me desperté en el hospital, con un montón de gente rodeándome, vestidos de blanco. No sabía lo que había pasado. Estuve ingresado un tiempo, me vino a visitar todo el mundo. Pero luego supe que tuve un accidente extraño. Porque cuando el mecánico revisó la moto descubrió que alguien había levantado la tapa de la gasolina y le había puesto azúcar. Una maldad que me costó serias lesiones, una de ellas en la cabeza"

"Estoy muy agradecido a mucha gente de la Unión Deportiva"

"No me puedo olvidar de Nicolás Ortega, de Miguel Ángel Ramírez, ... de Antonio Gil y Macu Íñigo, que son como un padre y una madre para mí. Hay mucha gente en la Unión Deportiva a la que estoy muy agradecido. Allí soy feliz. Hasta me han pedido dos autógrafos ... dos chicas: Ogadenia y Mami -administrativas de UD Las Palmas-. Me levanto a las siete para ir desde mi casa, en el Trapiche, al club. A veces, si es día de partido, estoy desde las nueve de la mañana hasta las doce de la noche. Siempre viajo en guagua; no me importa. Ese club y el fútbol son mi vida. Echo de menos a Santiaguito (González). Con él pasaba muy buenos ratos. Espero que se ponga bien"

"Dicen que tengo un parecido con Kresic"

"La gente dice que tengo un parecido con Kresic; sin embargo era un entrenador con el que no llegué a sintonizar bien. Era una persona seria, extraña. Ahora mismo ya soy amigo de Nico Rodríguez y Paco Herrera. Me relaciono rápido con el míster. Me dio mucha pena lo que le ocurrió a Sergio Lobera. Le cogí mucho afecto, sentí que no pudiera terminar su trabajo"

"No me gustó la marcha de Deivid"

"Con los jugadores tengo mucho trato. Bromean conmigo, especialmente los de la actual plantilla. Viajé con ellos a Córdoba, por invitación del presidente. Fue una experiencia única. Valerón me echa un mano con los revoltosos y siempre está a mi lado. Con Deivid tengo un afecto especial. No me gustó su marcha"

"No hago una alineación, pero yo pondría ..."

"No soy capaz de hacer una alineación porque eso le toca al míster, ese es su terreno. Pero en mis equipos siempre estaría Barbosa, los hermanos Castellano, Aythami Artiles, Valerón, David Simón, Roque, Tyronne, Carlos, José Artiles, ... Los de Las Palmas Atlético han hecho una gran temporada. La he vivido también muy de cerca"

Las golosinas y los consejos

"Me toca coordinar a los recogepelotas. Les digo que no se viene a jugar, que hay que estar muy atentos porque los equipos están trabajando y nuestra responsabilidad es importante. Siempre les doy varios consejos: primero hay que ser persona y luego futbolista; y primero hay que estudiar y después jugar al fútbol. Creo que muchos me hacen caso, al menos lo escuchan. El problema, muchas veces, son los padres. A veces, peor las madres, que quieren decidir incluso por el entrenador. Llegan los que valen de verdad y eligen bien los consejos"

 

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