El primero que no debe estar conforme con su rendimiento en las últimas temporadas, especialmente en la UD Las Palmas, es el propio Sory Kaba (29). Ese nombre materia de un intenso debate desde que hace 22 meses fue anunciado como fichaje para la delantera grancanaria en el regreso a la Primera División.

20 partidos oficiales con el equipo que lo contrató hasta 2027, un solitario gol (en Almería) e incógnitas que logró resolver a medias en el Elche donde jugó más de media Liga, anotó 4 tantos -dos de ellos al Tenerife- y fue una pieza utilizada como recambio por Eder Sarabia. El paso por la Segunda División y la elevación evidente de su rendimiento debe tenerse en cuenta.

Porque de momento Kaba también está en el menú del verano que ha de paladear en unos días el entrenador García Fernández. Si en la actualidad el guineano mostrase las credenciales realizadoras de su primera etapa en el Elche o más tarde en el Mitdjylland danés, Kaba se habría ganado de forma cerrada el favor de los aficionados grancanarios.

En realidad, la hinchada de la UD solo tiene juicios de valor del delantero que debutaba con el amarillo en la Primera División española. Ahora, en cambio, el escenario es otro y el propio presidente de la entidad, Miguel Ángel Ramírez, mencionó su nombre como activo del club antes de que la pretemporada eche a rodar.

Sobre Sory Kaba hay rumores en cada desayuno: Su salario, opciones de salida, de quedarse, … y de momento el jugador no ha expresado su valoración sobre el nuevo panorama. Ya no tiene por delante a los McBurnie o Fabio Silva que podrían taponar sus posibilidades, aunque sí se mantienen en la ruta Mata, Marc Cardona o el también repescado Cedric. A estas alturas y tal como está el mercado no se puede descartar cualquier dirección final sobre las decisiones.

Él y otros futbolistas podrían sentir que están en un compás de espera. Y si en el verano aparece el Sory Kaba goleador que pretendía la UD en el momento de su contratación, entonces no apagaré el debate: Lo hará más largo y enriquecido.