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Opinión

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    Lo que le ocurrió al Pepsi Sansofé fue la consecuencia de la lejanía que sufría Canarias con respecto al resto del Estado Español. Estamos hablando de unos años de dictadura, donde el ordeno y mando era la forma de gobernar, y había que aceptarlo sí o sí. Al año siguiente, el Pepsi volvió a ganar el ascenso a Primera División y tampoco se lo permitieron, pero el tono de las protestas se incrementó, motivo por el cual la Federación Española sancionó a los presidentes del Pepsi Sansofé y el del Real Club Victoria, que se había sumado a esa lucha por abolir la célebre cláusula de la Circular Amarilla, como se denominaba la normativa para la temporada.

     

    Fue una lucha desigual, pero que al final se ganó. Ya en la campaña 73/74 se ‘abrió la veda' a los equipos canarios, y surgió un equipo del Puerto con Rafael Perez Negrín ‘Falo', el que con su Canteras consiguió el ascenso a la máxima categoría nacional. Años más tarde sería el Tres de Mayo, de Tenerife, quien eliminaría al Canteras en una promoción que tuvo como escenario para el partido de vuelta en Santa Cruz, donde ocurrió de todo al final del partido y los árbitros se acobardaron.


    Lo que le sucedió al Pepsi, el coste de la insularidad, lo había sufrido también en sus carnes la Unión Deportiva Las Palmas de fútbol, cuando se fundó en 1949. Hubo protestas, pero al final se impuso la lógica y Canarias, como una región más de España, obtuvo por méritos propios su equidad con el resto de los equipos.

    Recientemente hemos visto también como algunos clubes, entrenadores, se quejan de los desplazamientos que tienen que hacer a Canarias. Si ahora se lamentan. ¡Cómo serían entonces cuando de Madrid a Canarias se tardaba más de seis horas!. Eso sí, para ir a jugar un partido de Liga a Miami no hay lejanía. ¡Fuerte hipocresía!.