25 años de ...
El técnico grancanario asumió el mando en la UD Las Palmas sin conocer la derrota y sin perder el aroma de equipo candidato antes de la llegada de Kresic
Manuel Borrego
Un cuarto de siglo atrás, en la UD Las Palmas estaba germinando un ascenso. El club estaba en vísperas de la contratación del entrenador que iba a llevar al equipo a la Primera División en el epílogo de la campaña 1999-2000, de la mano de Sergio Kresic. Pero antes había que atravesar un tránsito de una a otra temporada, un último tramo en donde los amarillos no lograrían atravesar las puertas de la promoción de ascenso quedándose a solo tres puntos.
Sucedió que en las últimas siete jornadas de la liga de Segunda A 1998-99 iba a llevar las riendas de la UD Las Palmas un técnico con arraigo en el fútbol insular y también en filiales: Juan Antonio Quintana Nieves. Hasta la primera semana de mayo de 1999, el entrenador grancanario asumió su cargo en el filial Las Palmas Atlético. Pero el consejo, bajo la presidencia de Ángel Luis Tadeo, le encargó la dirección de la plantilla profesional en una recta final donde había esperanzas leves de remontada. Sustituía entonces a Paco Castellano.
A Juan Antonio Quintana Nieves la historia del club que está a punto de cumplir 75 años le recuerda por dos hechos relevantes: Jugadores del nivel de Pedro Vega, Guayre, Guillermo, Jorge, Ángel López, Alberto Hernández o Ángel Sánchez pasaron por sus manos en el proceso final formativo de filiales. Y porque en los siete encuentros del calendario bajo su mando, la UD Las Palmas no conoció la derrota, con cuatro empates (frente a Recreativo, Mérida, Leganés y Badajoz) y tres victorias (Osasuna, Hércules y Barcelona B). De haberse jugado algunas jornadas más, quizá habría tenido tiempo de completar la reacción.
Quintana Nieves fue entonces hombre de club 100%, logrando que el equipo cabalgara de una a otra temporada con buena cara, sin alejar entre los aficionados el aroma de candidato al ascenso que ya se había conquistado un año antes con García Remón. Debió gestionar con su delicado trato personal el tramo final de etapas como las de Bjeliça, Marco Haber, Josico -antes de su traspaso al Villarreal-, Martín Hidalgo, Toni Robaina -en segundo ciclo-, Kowalczyk, Miguel Merino, Sebastián Herrera, Oscar Celada, Ricardo Lima, … así como algunos otros jugadores de cantera. Estaba el equipo ante una reforma mayor con su relevo Kresic, pero con el isletero Quintana no perdió la esencia ganada dos temporadas atrás. Ni cedió ante rival alguno en los siete campos de juego de su ciclo.
Fue su etapa un ciclo balsámico que, curiosamente, finalizó con goleada 4-1 al Barcelona B y el descenso a la categoría de bronce de un filial cuya columna vertebral la integraban Carlos Puyol, Xavi Hernández, Gabri y Luis García. Cosas del destino.