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Beckenbauer no olvida a Tonono

La familia del legendario capitán de la UD recibe el envío de unos detalles del kaiser germano, a quien "le gustaba Las Palmas e iba al Estadio Insular de incógnito" durante sus visitas a Gran Canaria

  • GENTE CON DUENDE
  • 23/03/2023 - 20:02
Beckenbauer no olvida a Tonono Mari Ferreras, Willie Pedersen y Toni Afonso, en el intercambio de recuerdos entre la familia del legendario jugador de la UD Las Palmas y el emisario del kaiser germano (C. Torres)

Manuel Borrego

Fotos: C. Torres

 

Entre Franz Beckenbauer y Tonono Afonso nació una conexión futbolística en 1972, cuando ambos se enfrentaron en el Estadio Insular como capitanes del Bayern Munich y de la UD Las Palmas respectivamente. Eran entonces los defensas centrales titulares de las selecciones de Alemania y España, dos zagueros con jerarquía, impecables y elegantes, que se buscaron en el amistoso de aquel agosto para inmortalizar una imagen que perdura en la memoria de los aficionados grancanarios medio siglo después.

 

El paso del tiempo, la distancia y la pronta desaparición del preciso jugador grancanario no han borrado en el Kaiser aquel recuerdo, que perdura en el tiempo. “¿Tonono dejó familia?”. Esa pregunta llegó hasta el corazón de la redacción de Tinta Amarilla, tras un intercambio de recuerdos gráficos con el propio Beckenbauer, residente ahora en la localidad austriaca Kitzbühel, cercana a Salzburgo y con carril directo hasta Munich.

“Por supuesto; aquí residen su esposa, hijos y nietos”, fue la respuesta. “Pues quiere Beckenbauer tener un detalle con ellos y lo llevaré a Gran Canaria tan pronto me lo entreguen”. El emisario es Willi Petersen, un germano enamorado de Gran Canaria y felizmente casado con la isleña Eli Navarro Bermúdez desde “hace casi cincuenta años”. Petersen es amigo personal de Beckenbauer y además coordinador del club SC Weiche Flensburg 1908. Y, enlazando ambas facetas, alguna vez actuó en la logística de las visitas que Franz realizó a Gran Canaria, ya como ex jugador y técnico. “Le gusta mucho la isla; aprovechaba para jugar al golf y lo hacía de incógnito. Estuvo más veces de lo que pueda pensarse. Acudía al Sur, a un hotel de Lopesan y allí no se le daba publicidad a sus venidas”, afirma Petersen.

 

Lo que la gente no sabe es que Beckenbauer iba a ver jugar a Las Palmas al Estadio Insular. Iba porque era un equipo que le gustaba. Compraba entradas con su esposa e iba también de forma que pasara inadvertido. Me decía que era un estadio que le gustaba mucho por su ambiente, porque era muy familiar. Por supuesto recuerda el partido que allí disputó contra Las Palmas y a Tonono”, explica.

Desde hace unos quince años, el kaiser no ha regresado a la isla. “Primero es la salud”, apunta Willi. Petersen lo representa en este acto con la familia Afonso que tuvo la añoranza del fútbol de antaño y el afecto reconocido de los dos mejores defensas de la época en la República Federal de Alemania, entonces, y de España.

 

Mari Ferrera, esposa, y Toni Afonso, hijo, representaron a la familia en el encuentro que tuvo lugar este jueves en el propio estadio aruquense, donde todo es Tonono Afonso. Petersen entregó allí un libro sobre las memorias del kaiser y una dedicatoria, una revista también sobre aquel excelente Bayern Munich que lideró, bufanda, camiseta autografiada con la actual plantilla, banderín del club bávaro, … Fue correspondido con el ejemplar biográfico ‘Tonono, un líbero de leyenda’, publicado en 2015 por el periodista grancanario José Hernández Viera, con el patrocinio de Destilerías Arehucas. Son tesoros que pasan de manos con el mismo afecto que hace 51 años se intercambiaron los protagonistas aquellos emblemas de ambos clubes. Ahora es Willi Petersen quien entregará en abril a Beckenbauer la dedicatoria de los herederos de su admirado Tonono.

“Ha sido un detalle magnífico, una sorpresa que no esperábamos”, afirma Mari Ferrera. Su hijo Toni recuerda que “mi padre admiraba mucho a Beckenbauer. Le encantaba su estilo. Pudo haber jugado en una segunda ocasión contra él, cuando en 1973 España se enfrentó a Alemania en otro partido de selecciones. Aquel día estaba convocado, pero no participó. Sin embargo, se trajo como recuerdo una camiseta de un jugador alemán, que la conservamos en nuestra casa”.

Willi Petersen tuvo también su propio flechazo isleño. Vino a Gran Canaria como turista por primera vez en 1973 y tuvo la ocurrencia de ir a ver un partido de la UD Las Palmas en el Insular, “frente al Athletic”. Y se enganchó al equipo amarillo. Pero ahí no acabó todo. “Conocí en una discoteca a Eli Navarro … y en 1974 nos casamos. Ella es de la calle Tomás García Guerra, en Escaleritas. Tuvimos seis hijos: Kevin, Lesinho, Simen, Tania, Carmen y Sara. Y ahora, doce nietos. Tres de mis hijos jugaron al fútbol en filiales del Werder Bremen y Flensburg”.

La familia se instaló en Oeversee, Alemania, y fue en el Flensburg donde Petersen conoció a Beckenbauer. “Jugamos en 1980 un amistoso de preparación. Yo era portero y Franz ya estaba en el Hamburgo, tras jugar en el Bayern y Cosmos de Nueva York. Nos ganaron 0-8 pero lo mejor es que desde entonces hicimos una amistad. También con otros jugadores de aquel equipo, pero Franz era especial. Es una persona impecable, tanto como futbolista. Y tiene buen corazón”.

Todo está enlazado porque Willi es simpatizante del Bayern … y de la UD Las Palmas. Y lector de Tinta Amarilla con una activa Eli Navarro, que ayuda también en sus funciones en el club. “Eli es muy popular en nuestro equipo. Nos ayuda en mucho porque es también muy futbolera. Y además hace tortillas, papas arrugadas, comida canaria, … A los jugadores les encanta su comida y los mojos. Es mi comandante. Aunque también echa de menos la isla. Cuando ve el pescado para el sancocho se le saltan las lágrimas. Es normal”, afirma. “Ahora estamos disfrutando de unos días de vacaciones, que debió aplazarse en enero” porque Petersen debió pasar por ‘boxes’. “El domingo iremos a animar al equipo frente al Sporting”.

La UD Las Palmas de siempre, la de antaño y la de ahora; de aquí y de allá, con ilustres nombres que son imborrables incluso en las estrellas. Aquella estrofa del poeta Sindo Saavedra, publicada en 1975 tras la muerte del magnífico jugador de la UD Las Palmas, cobra más sentido que nunca en un momento como el vivido este jueves: "Tu nombre es un lamento viejo que suena en todos los rincones, pero nunca morirá, ¡Tonono!”.