Jesé entretiene a tres defensas y Pejiño llega libre

B. Pérez

 

La jugada del 2-0 de la UD Las Palmas sobre la SD Huesca descubre tres detalles determinantes.

 

De una parte, la velocidad de los atacantes amarillos era superior a la de los zagueros aragoneses. No fue la única ocasión en que quedó patente, especialmente cuando esas carreras las interpretaban Peñaranda y Pejiño.

 

De otra, el pánico que despierta Jesé entre los zagueros rivales. En el repliegue del Huesca hasta tres defensas están más atentos al ‘diez’ de los amarillos que al posible desenlace de la jugada. Ello permite que tanto Moleiro como un liberado Pejiño avancen sin control hacia el área a todo tren.

 

Y el tercer aspecto destacable fue la generosidad de Adalberto Peñaranda. A diferencia del primer encuentro frente al Valladolid, en esta ocasión fue generoso en el pase. Pejiño lo aprovechó. No fue la única ocasión en que el venezolano cedió un balón para el remate de un compañero. De la reflexión, la corrección.