Rober, el jugador más cazado de Segunda

B. Pérez

La UD Las Palmas suma cuatro expulsados (y tres penalties en contra) en ocho encuentros disputados en la actual Liga. Estos datos son realmente alarmantes para el cuerpo técnico que encabeza Pepe Mel. Obviamente, el entrenador no quiere evaluar estas decisiones por el riesgo que conlleva sus declaraciones, que podrían acabar en el Comité de Competición.

Pero acompañan estas cifras a otras. Los amarillos reciben una tarjeta amarilla cada 6,7 faltas en sus encuentros, con un total de 149 infracciones del conjunto. Y, curiosamente, los rivales, 124 sanciones arbitrales en los partidos. "No somos un equipo que dé patadas" replica el entrenador.

Todos estos hechos contradicen el propio estilo de un equipo joven con vocación de balón y verticalidad, que precisamente esta semana prepara el siguiente encuentro frente al Albacete (miércoles) con sus tres principales actores ofensivos en la enfermería.

Y hay otro dato que no pasamos por alto, que arroja la estadística general del campeonato en Segunda. Rober González ha sido hasta ahora el jugador más cazado de la Liga, con un total de 26 faltas recibidos (por delante de Ibán Salvador 25 e Isi Palazón 24). Es decir, una quinta parte de todas las que han cometido los adversarios a la UD Las Palmas. Léase: cada cinco faltas a los amarillos, una es a Rober.

De momento, los rivales de Las Palmas sólo han tenido un expulsado. Y un ejemplo gráfico es la abundancia de infracciones que cometió De la Bella el pasado fin de semana sobre el atacante cedido por el Betis, que acabó aburrido por los agarrones constantes, derribos y empujones. Aburrido y tocado, porque es una interrogación durante la semana, como también Pejiño y Sergio Araujo.

Por este camino, con un criterio arbitral que no es protector del fútbol aseado (como gusta calificar al propio Mel) en algún momento estallará el artículo 100 bis del Reglamento.