
Fotos: C. Torres
Las Palmas se queda en el umbral del ascenso sin haber perdido un partido del play off. El equipo de Josico Moreno logró además cubrir los cuatro encuentros de noventa minutos sin encajar un gol. ¡Malditos siete minutos de paralización forzada!. El único tanto llegó en la última jugada del partido, en una acción fronteriza con el fuera de juego. El gol de Dávila es uno de los más crueles sufridos por el representativo grancanario a través de su historia.
Porque el golpe recibido este mes de junio de 2014 tiene un efecto demoledor, tremendo en su impacto inicial. Se produce en la última escena de la temporada cuando ya tenía entre sus dedos el objetivo de volver a Primera División. Esa es la belleza del deporte: Uruguay gana a Brasil en el mismo Maracaná; un momento histórico que tiene un calado emocional que unos pocos vivieron. El Córdoba lo hace ante 31.240 personas en el Estadio de Gran Canaria (por cierto, bautizado por Cordobadeporte.com como Macanariazo (?). Este momento de perplejidad supera al de 1983, que ya fue durísimo. Aquel descenso a Segunda División después de 19 años en la liga de las estrellas causó un impacto muy importante, al ocurrir también en una última jornada del campeonato. La diferencia es que a medida que avanzaban los minutos del 1-5 contra el Atlhetic, la afición del Insular iba asumiendo lo que estaba ocurriendo, quedando todo en manos de un Valencia-Real Madrid que también se declinó en contra de los intereses isleños.
Pero en ambos casos, el final del partido dejó escenas envueltas en lágrimas. Le tocó llorar a los grancanarios, que apenas unos minutos antes ya tendían un puente hacia el éxito. Muere una temporada, pero no una ilusión por el ascenso. La UD Las Palmas, como siempre, se regenerará.