Manuel Borrego

La presencia de Juan Carlos Valerón en el actual proyecto de la UD Las Palmas, ya muy cerca de los 39 años de edad -y con ganas de más-, va a propiciar de inmediato un hecho insólito en la historia del club sexagenario. Porque en el estadio de Anduva tendrá la primera opción de jugar su encuentro número 100 con la camiseta amarilla. Y además, el legendario jugador de Arguineguín dejará un registro difícilmente igualable en la posterioridad: desde su debut oficial con el equipo amarillo (21 de septiembre de 1995) hasta el emblemático encuentro centenario habrán transcurrido casi 19 años. Ahí es nada.

Hay motivos para celebrar este partido tan simbólico y no sólo por lo que representa para un futbolista que ha querido quemar su última etapa profesional en el club que le vio partir hacia distintas etapas gloriosas en el balompié español e internacional. Porque además está cumpliendo con creces todos los objetivos razonados por los que volvió a lucir el escudo de los cinco unidos: luchar por el ascenso a Primera División, dejar la semilla en el vestuario de su nobleza deportiva y humana, al margen de cubrir con las expectativas de quienes apostaron por él. El dato es elocuente: Juan Carlos es el único futbolista de la plantilla profesional de Sergio Lobera presente algún minuto en las 34 jornadas del vigente campeonato, asumiendo en el campo cualquiera de los papeles asignados por el entrenador.

Se hace muy lejos en el tiempo contemplar al Valerón de los inicios en el club grancanario. El estreno oficial se produjo en el estadio Silvestre Carrillo de La Palma (21 de septiembre de 1995) pasando de puntillas entonces. Relevaba al capitán Paquito Ortiz en partido de Copa, para jugar los últimos minutos ante el Mensajero. El primer encuentro de Liga se produjo en Talavera de la Reina, frente al titular de aquella localidad castellano-manchega. El relevo en este caso se produjo sobre el centrocampista Edu García.

Sus primeros goles oficiales se produjeron en la portería del Leganés (Copa, 25 de octubre de 1995) y ante el San Sebastián de los Reyes (Liga, 1 de noviembre de 1995), en este caso por partida doble.

En total, entre Liga de Segunda B, liguilla, Copa y Liga de segunda A suma esos 99 encuentros, para un aglutinado de 6.188 minutos y 9 goles. Su leyenda sigue escribiéndose.