Hubo lleno y colas de personas que no llegaron a traspasar la puerta de entrada de Los Molinillos ante la imposibilidad de darles allí cabida. El primer cruce entre puntales A de la Liga de Primera en Gran Canaria desveló el hambre de lucha canaria que existe en la isla. Deporte del bueno; nada de especulación, de cuerpo a cuerpo. El resultado en las gradas de Ingenio fue excelente, con dos aficiones volcadas con los suyos. No ganó el Almogarén; ganó la lucha canaria, como diría nuestro entrañable compañero José Manuel Pitti.

Y, además, en la arena la respuesta de los bregadores fue acorde a lo esperado.

A la derecha, una imagen de la euforia en el banquillo del Maninidra, cuando parecía que la lucha se decantaría hacia su lado (C. Torres)