"La magia está intacta"
14/07/2013

Juan Manuel Rodríguez y Pacuco Rosales, técnicos del inicio de Valerón en UD Las Palmas, analizan su regreso como "un final merecido"

M.B.

Los dos primeros técnicos que tuvieron influencia en la vida amarilla de Juan Carlos Valerón, en orden cronológico Juan Manuel Rodríguez y Pacuco Rosales, hablan para Tinta Amarilla sobre su regreso. Coinciden: "Su magia está intacta". En medio de ambos estuvo Guillermo Hernández como preparador de Las Palmas Atlético, equipo donde el genio hizo sus primeras apariciones y aportó su chispa en la conquista de la Copa Federación, trofeo primero a nivel nacional que inscribió en su hoja de servicios.

"Se hace justicia", comenta Juan Manuel. "Juan Carlos siempre tuvo en mente volver a demostrar lo que habría podido dar a la Unión Deportiva. Disfrutemos de este momento que nos viene. Él siempre sintió que pudo haber dado algo más al equipo, pero las cosas de la vida le llevaron a salir. No tuvo tiempo ni se dieron las circunstancias para que él siguiera. Existe una deuda mutua entre el club y él; ahora se puede saldar".

La primera vez Juan Manuel Rodríguez, un hombre siempre metido en la piel del fútbol base de Gran Canaria, vio a Valerón se produjo en un partido disputado en el Estadio Insular. "Jugaban Ferreras y Arguineguín, en Tercera. Salió al campo unos minutos nada más. Era juvenil. No hubo tiempo para ver quién era. Tuve la suerte, sin embargo, de ser el entrenador del club sureño una temporada después. Valerón no llegaba a pesar los cincuenta kilos mojado en aquel momento. Pero cuando tocaba el balón se veía un jugador distinto, especial. Era una joya por pulir y ahí comenzó el trabajo".

Porque el que ha sido técnico de la UD Las Palmas en tres etapas entiende que "había que aprovechar sus recursos futbolísticos en los espacios que podía hacerlo en el campo. Algo que, de alguna manera, vuelve a ocurrir ahora. Tendremos que saberle dosificar para que explote su juego. Porque la magia, como dije, sigue viva en él. Eso será para siempre".

Considera que Las Palmas acierta en su contratación porque "es un futbolista que puede dar mucho rendimiento al equipo, con una sabiduría natural que no hace falta descubrir. Hay que entenderle, repartir el campo y también el de los papeles de los restantes jugadores".

Rodríguez revive con emoción aquellos días en los que "el Arguineguín quedaba un poco a la deriva porque, tras mi marcha a Las Palmas como ayudante de Pacuco Rosales y entrenador del filial, el club sureño decidió fichar a jugadores ya experimentados. Miguel Ángel Valerón y el presidente del club, Fernando Lorenzo, tomaron la acertada decisión de que Juan Carlos viniera a la Unión Deportiva". Allí volvió a encontrarse con Juan Manuel pero "me duró siete partidos en el filial, porque de inmediato les subimos al primer equipo". Y la historia se prolongó ...

... Porque los consejos del asistente sirvieron para que Pacuco Rosales fuera de forma oficial quien el 21 de septiembre de 1995 diera la alternativa en la Copa, frente al Mensajero, a ese centrocampista del que tanto se comentaba entre los aficionados de la UD Las Palmas. "Era un jugador por pulir y nosotros intentamos abrir algún hueco en las alineaciones para que conociera la competición", en la que entonces actuaba la UD Las Palmas: la Segunda B. "Era complicado que él en aquel momento se hiciera con la titularidad, porque había un equipo que funcionaba como un bloque. Su clase, desde el primer momento, era reconocible".

Pacuco señala que a través de los años "nadie ha logrado cuestionarle. A Valerón le han aplaudido en todos los campos de España y ahora Las Palmas gozará con la fortuna de hacerlo de nuevo en sus filas. Conserva su buen fútbol y la pasada temporada demostró que está en condiciones de seguir. Se ve con fuerzas y con ilusión; creo que su fichaje nos motiva a todos. Su relación con el balón sigue siendo la misma".

Cree el entrenador del ascenso de 1996 que "Valerón va a ejercer sobre el resto de la plantilla una influencia muy importante. No me refiero a lo futbolístico, que lo proporcionará. Sino además en lo anímico, porque es un deportista con un espíritu positivo, que intenta triunfar disfrutando con el balón. Ese aire le viene bien al equipo, al margen de que su veteranía impone. Las Palmas ha recuperado a un caballero del deporte. Y un futbolista que es un monstruo. Merecía acabar su etapa profesional en el club que le vio partir".

 

 

La foto oficial de la temporada 95-96. En ella no aparece Valerón. "Duró siete partidos en el filial", recuerda Juan Manuel Rodríguez.

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