Y aún así, yo creo
31/05/2013

Por Juan Pedro Borrego

Primera derrota, pero no sé por qué, pero intuyo, y espero que no sea el corazón el que me esté traicionando, que sí es posible el milagro. Hablo, claramente, de la eliminatoria entre Barcelona y Herbalife Gran Canaria, en estos momentos favorable por 1-0 para los azulgrana. Y lo intuyo por esas corazonadas que se nos vienen a la cabeza a aquellos que llevamos unos cuantos años viendo partidos de baloncesto, pero ante las que se nos hace complicado dar una explicación.

Al Granca de este viernes en el Palau Blaugrana se le ha visto entero, sabedor de sus posibilidades y consciente también de sus limitaciones. Es un equipo que sabe jugar con la cabeza; y al que si la fortuna se le alía tímidamente, le puede armar la mariomorena a cual rival, por muy de Euroliga que sea.

Es cierto que no es la primera vez en la temporada que el conjunto de Pedro Martínez se ha manifestado como un equipo con pocas aportaciones desde el banquillo. En la segunda vuelta de la fase regular su bache anotador de los reservas le llevó a pasar por los momentos más delicados de la temporada. Pero esa es la buena noticia. El Granca sabe salir de estos atolladeros y recomponerse a base de tesón y trabajo. No hay mejor ejemplo inmediato que la reacción final que casi le proporciona un triunfo sonado.

También es verdad que queda muy poco tiempo para que se produzca una metamorfosis que lleve al Gran Canaria a darle la vuelta a la situación; y que el Barcelona puede jugar más aliviado sabiendo que le quedan dos rounds menos por ganar para plantarse en la final.

Pero también es cierto que el combustible que mueve al Granca en estas series es el poder volver al Centro Insular de Deportes y disfrutar el mayor número de veces posibles con sus aficionados. Por eso, yo sigo creyendo aún en la sorpresa, pese a todo.

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