Árbitros, tarjetas y pistolas
02/04/2013

Amena jornada del Tagoror Clinic de los colegiados, con intervención del periodista José Hernández, el ex colegiado Miguelo Betancort y el catedrático Gonzalo Marrero

T.A.

Interesante jornada de la segunda edición del Tagoror Clinic, desarrollada este lunes en el cine Guaires de Gáldar, con una concurrida asistencia que disfrutó con la intervención de los ponentes de tan diversa condición.

José Hernández, periodista deportivo de amplio recorrido y actual columnista de Tinta Amarilla (imagen de la derecha, junto a Esteban Hernández Galván), desarrolló su intervención sobre 'La imagen del árbitro'. deleitando a la concurrencia con sus originales pasajes sobre la historia del deporte y los jueces de la competición. Se refirió a que "lo más que se le exige al colegiado es ser honrado, honesto y equilibrado ante los deportistas. Y que en la actualidad sean conscientes de que la herramienta de la televisión transmite trampas de jugadores y técnicos obligándose a ser justos en todas las decisiones".

Se refirió también al positivo cambio radical que sufrió el gremio arbitral tras el Mundial de fútbol disputado en Estados Unidos "porque la vestimenta permitió que la imagen del árbitro llegara como no se conocía hasta entonces: ya no vestían de negro".

Mientras valoró como momento crucial lo acontecido con "Rattin, jugador argentino, quien en Wembley durante el Mundial de Inglaterra, resultó expulsado. Pero el jugador se hacía el despistado en el campo mientras el colegiado le señalaba "out, out" para que acatara su decisión. Rattin parecía que con su actitud no entendía la entendía la clara indicación. Las tarjetas de color resolvieron esa situación y reforzaron la posición del colegiado en el espectáculo".

Narró también la anécdota del colegiado que usó una pistola, en un partido del campeonato Amateur de Argentina celebrado el 5 de agosto de 1923, cuando saltaron al campo en un Platense-Alvear los aficionados con intención de agredirle. Francisco Maffioli sacó un arma reglamentaria y ordenó a los encrespados hinchas a que volvieran a sus asientos. "Y cuando la audiencia se ordenó de nuevo en las gradas, reanudó el partido. Eran otros tiempos"...

"El cuarto colegiado está en la zona conflictiva: entre los dos banquillos"

Por su parte, el ex árbitro internacional de baloncesto, Miguelo Betancort (foto de la izquierda), pidió a sus colegas "sacrificio, disciplina, amor y pasión marcan el largo camino del arbitraje". Durante casi una hora, Miguelo desgranó, basado en su amplia experiencia, distintos aspectos sobre la labor arbitral, incluso los de carácter económico. "El amor por el arbitraje vale más que un euro", expuso ante la audiencia.

Una parte de la exposición de Betancort se centró en desentrañar las diferencias entre pitar y arbitrar. "Pitar lo hace cualquiera, arbitrar, solo es para unos elegidos", indicó el ex árbitro internacional de basket antes de exponer que "el árbitro es un mediador en un conflicto haciendo un buen uso del silbato. El poder del pito no tiene nada que ver con la autoridad del árbitro. Se puede saber el Reglamento, pero no saber interpretar las reglas de acuerdo a las categorías en las que se esté arbitrando".

Por otra parte, Miguel Betancort indicó que "el error es el primer paso para el éxito" al justificar la necesidad de que el árbitro sea autocrítico con cada uno de los partidos. "La vida de un árbitro es reducir, cada día más, el margen de error", aclaró antes de referirse a su experiencia personal. "Mejoré en los arbitrajes en los aviones durante las dos horas y media de vuelo desde mi destino hasta Gran Canaria", agregó.

Betancort fue critico con algunos aspectos arbitrales como la colocación del cuarto árbitro o el aspecto físico de algunos colegiados, que priman más el trabajo de trabajo de gimnasio que el intelectual. "Al cuarto árbitro lo han colocado en la zona más conflictiva, entre los dos banquillos. Entiendo que no deben estar en esa zona", indicó.

En otro aspecto de su conferencia, Betancort se refirió a la aportación que el arbitraje le proporcionó en el plano profesional. "El arbitraje me dio lo que no me enseñó la Universidad, como soportar la presión del entorno o respetar a los demás. Cuando saqué las oposiciones como profesor, me enseñó a dar clases, a poder comunicarme y tratar a los alumnos", dijo en su alocución.

"Los árbitros se equivocan, pero los jugadores más"

Gonzalo Marrero, catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (imagen de la derecha), comentó por su parte que "los árbitros se equivocan y los jugadores, más. Los juegos de pelota llaman la atención del público por los errores, es algo que está vinculado al juego", expuso el catedrático de Psicología. "Cuando se comete un error lo mejor es borrar, cuando se termine el partido ya tendremos tiempo de analizarlo", dijo.

Sobre la introducción de nuevas tecnologías en el arbitraje, Gonzalo Marrero fue tajante: "La electrónica no mejorará el arbitraje porque el jugador seguirá protestando las decisiones que se adopten", indicó. También se mostró crítico con la figura del cuarto árbitro y el uso de los intercomunicadores: "El exceso de información va a perjudicar al árbitro, ya que las comunicaciones pueden interferir en el seguimiento del partido".

 


 

Los colegiados de lucha canaria

Más de una docena de árbitros de Lucha Canaria acudieron a los actos de la XXII edición del Tagoror Internacional Clinic de Árbitros que se desarrolló este lunes, 1 de abril de 2013, en Gáldar. La iniciativa responde al interés del presidente del Comité Técnico de Las Palmas, Esteban Hernández Galván, de que el Clinic se convierta en un foro de debate y cohesión para otras modalidades deportivas, especialmente en aspectos como la psicología o la imagen corporativa del colectivo.

A la presente edición del Clinic se cursó invitación a la totalidad de los árbitros de diferentes disciplinas deportivas. Sin embargo, la respuesta sólo llegó desde las modalidades de lucha canaria y petanca, cuyos asistentes recibieron el cálido homenaje de sus compañeros del fútbol en el descanso de dos de las tres ponencias impartidas en el cine Guaires de la localidad del Noroeste grancanario.


 

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