Soñar, desear y trabajar
03/02/2013

Por Juan Pedro Borrego

Los resultados extremos como el obtenido por el Gran Canaria este pasado sábado en Fuenlabrada suelen reflejar dos causas bien claras. La primera, la absoluta superioridad teórica y práctica de un equipo sobre otro. La segunda, una dejadez de funciones de uno de los contendientes y la completa seriedad en el juego por parte del ganador. A fuerzas de ser sinceros, parece que, por mucho que queramos al Granca, la primera de las opciones no parece ser la verdadera razón del triunfo más holgado como visitante del club en la ACB. Sin restar ningún mérito al trabajo realizado por Pedro Martínez y sus jugadores, intuyo más bien una conjunción de de situaciones que favorecieron a que los amarillos puedan vivir en una nube en las horas previas a su participación copera, un placebo peligroso tras la penosa racha de tres derrotas consecutivas del equipo.

El viernes, cuando el Gran Canaria salte a la pista del Fernando Buesa Arena de Vitoria, será el momento de corroborar si el conjunto de Pedro Martínez ha podido dejar atrás las dudas que se sembraron sobre su juego en las últimas tres jornadas. De perder de manera abultada con el Madrid en la capital del país, volver a caer, aunque con más opciones de victoria en Bilbao, y ser sorprendido por el Manresa en casa, el Gran Canaria pasó ‘milagrosamente' a barrer de la pista a un rival en línea ascendente como el Fuenlabrada.

Resulta extraña la situación, y hace que se viertan serias advertencias para evitar cualquier tipo de relajación previa. Si el motivo de esta brillante reacción no ha sido otro que el trabajo firme y concienzudo de la plantilla, eso sí guiados por su cuerpo técnico, habrá que frotarse las manos y esperar que el Granca no va a ser tan cándido en la Copa del Rey como para repetir errores pasados.

El Bilbao no va a perdonar ningún fallo. Los representantes vascos, de la mano de Fotsis Katsikaris, cuentan con un plantel notablemente experimentado y de calidad suficiente como para castigar cualquier desliz de los de Pedro Martínez. Eso lo va a tener en cuenta, seguramente, el Gran Canaria.

Sin embargo, no es malo soñar; tener la ilusión de que este año sí que toca. Y toca ya, en la octava participación copera, dar un paso al frente en la competición; superar a un rival complicado, pero asequible; y ¿por qué no?, llegar a creer que el sorteo se ha aliado con los amarillos para hacer que el complicadísimo camino a la final no sea el más empinado de los dos posibles.

Pero soñar, que es sano y aconsejable, es sólo el primer paso de los que quieren triunfar. En eso, habrá que tirar de los consejos de grandes campeones, como nuestro ya retirado Enhamed Enhamed. El invidente nadador grancanario recordaba en una de sus reflexiones previas a los Juegos Olímpicos de Londres, que para conseguir sus metas, su primer paso era soñarlas, luego desearlas de verdad y por último elegir el camino para alcanzarlas; y este no es otro que el respeto a los rivales y el trabajo concienzudo para llegar a la meta.

 

 

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