Por José Juan Ojeda Santana
Hace unos años, el mayor de mis hijos cuando jugaba en la Escuela del Balonmano Somar, me pidió si le podía comprar unas 'Kempa'. Cuando fuimos a comprar las zapatillas deportivas y comprobar su "elevado precio", me vino a la memoria, las primeras "Adidas Francesas" que con los ahorros de muchos meses me pude comprar cuando tenía unos 14 años. Las cuidaba como "oro en paño" y sólo las usaba para los partidos ...
Aquellas zapatillas las llegué a recauchutar un par de veces. Por aquellos años era habitual acudir a una zapatería que hacia esquina con la cancha Santa Catalina en la calle Lucas Fernández, para volver a ponerle suela del mismo material que las gomas de las motos, debido al desgaste del rozamiento contra el hormigón de las canchas (hoy ya tenemos tarimas flotantes...) De esta manera alargábamos la vida de nuestras zapatillas, aunque debíamos tener sumo cuidado al usarlas recién recauchutadas ya que resbalaban una barbaridad hasta coger adherencia. Vamos, como si de un neumático de Moto GP se tratara en la vuelta de reconocimiento para calentar las gomas.
Aquel día de compras aproveché para contarle a mi hijo 'una batallita' más, en este caso, sobre la figura del que fuera gran jugador y entrenador de balonmano: Bernhard Kempa.
La primera vez que supe de Kempa, jugador que dio nombre a una marca deportiva especializada en nuestro deporte, fue viendo una película Super8 en los locales de la Federación a finales de los años setenta. Se le veía a Bernhard en su última etapa de preparador, formando a jugadores y entrenadores de la Escuela del CB Granollers, posiblemente la más importante en la historia del balonmano en nuestro país.
Este alemán nació en 1.920 y desde temprana edad comenzó a practicar 'balonmano a once'. Debemos saber que en los años treinta, nuestro deporte se jugaba en campos de fútbol y esta modalidad tenía gran arraigo en Centro Europa, sobre todo Austria y especialmente Alemania.
A finales de los años 40, Bernhard simultánea el balonmano11 con el balonmano "en pista" que fue como se conocía al principio nuestro deporte actual. Durante varios años convivieron ambas modalidades, hasta el punto de existir dos Federaciones Internacionales diferentes, terminando por imponerse el actual 'hannball' impulsado por Los Países Nórdicos, debido seguramente a las bondades de poderse jugar en recintos cubiertos ante la climatología extrema de los países Escandinavos.
Bernhard fue campeón con Alemania en 1.952 y 1.954 (teniendo en cuenta el paréntesis deportivo como consecuencia de la II Guerra Mundial) y se retiró como jugador en el año en que yo nacía: 1.957. Y como preparador cosechó innumerables éxitos con el Goppingen alemán.
Fue el precursor y "formador de formadores" en nuestro deporte, siendo reclamado por muchos Clubs y Selecciones Europeas para mejorar en la práctica del Balonmano. Debido a esto fue conocido mundialmente como: "Mousieur Hannball".
Por último y como anécdota, decir que la espectacular jugada del 'fly', se debe a Bernhard y durante muchos años se la conocía como 'jugada Kempa' en honor a su creador.
Por todo ello, cuando nuestros hijos calzan unas zapatillas de esta marca, están llevando sobre sus pies buena parte de la Historia de nuestro Balonmano.