Sergio Lobera, por dentro
18/12/2012

"Los mejores jueces de un entrenador son los futbolistas" señala el técnico de la UD en su exposición sobre el método de trabajo en el fútbol profesional

Manuel Borrego

Sergio Lobera no muestra rincones; tras sus palabras hay un modo de actuación sencillo y coherente, basado en una teoría personal como entrenador que este martes expuso en el Teatro Guiniguada, dentro de las jornadas de acercamiento al fútbol profesional que ha organizado el grupo MMG. Ofreció una charla de una hora de duración que resultó muy interesante, donde mostró cómo es la metodología de trabajo que aplica en sus equipos, esta temporada como debutante en los banquillos del Liga Profesional. "No hay secreto", comentó en el turno de preguntas. "La clave está en trabajar. Yo elegí un camino, que ha sido conocer el fútbol desde distintas parcelas de formación, captación u observación de equipos rivales. Porque quería comprender todos los matices de esta profesión; tenía claro que quería ser entrenador".

El técnico aragonés mostró a la audiencia cómo es por dentro aunque "prefiero hablar siempre en plural, porque esto es un trabajo de un equipo", mencionó mirando la posición de Juan Carlos Socorro y Manu Sayabera, sus más inmediatos colaboradores presentes en la sala. Recordó en una etapa de su discurso que "hay que escuchar a todos para obtener las conclusiones. Y cada uno es el más que sabe en su parcela: el doctor, el entrenador de porteros, el preparador físico, ...".

"El libro ideal para cada equipo lo escribe el propio entrenador, porque cada uno sabe cómo mejorar a sus propios conjuntos", concluyó después subrayar con distintos videos que "la herramienta principal del jugador es la técnica, que se ha de ejecutar con un objetivo a través de la táctica". La labor coordinada del cuerpo técnico también lo considera Lobera clave para que todo el entramado organizativo tenga un sentido. "Todo el cuerpo técnico conoce bien el trabajo que se va a desarrollar durante la semana en el terreno de juego, no existen fisuras (...) Los roles y los objetivos están definidos en cada uno de nosotros".

COSTUMBRES

Uno de los hábitos que genera en un grupo deportivo es que "todos los jugadores desayunan juntos en el lugar de entrenamiento. Por eso están convocados con antelación suficiente, no un cuarto de hora antes. De esta forma, además de hacer grupo, tenemos un seguimiento dietético individualizado, realizamos análisis, controles de peso, ... En definitiva: hacemos piña desde primera hora del día".

Enlaza Lobera dos conceptos en su modus operandi de cada jornada: "trabajo y diversión están unidos. Por eso realizamos competiciones de tres equipos en los entrenamientos, con puntuaciones de 10, 5 y 0 puntos. Cada sesión tiene sus propios incentivos competitivos y todos los días se cuelga la clasificación de los distintos juegos. Los diez primeros no pagan la cena, los diez últimos pagan a los primeros (...) El cachondeo en el vestuario cada vez que colgamos la clasificación existe. Y eso es sano en un grupo de trabajo".

Dos días son claves en la semana de preparación de los encuentros. El lunes se inicia "analizando el partido jugado. Pero no se corrigen errores inmediatos que no nos pudiesen servir para el compromiso siguiente. Porque todos los partidos no son iguales. Ese día también se pasa el informe del conjunto rival, con análisis individualizado de su teórico once para que el futbolista se familiarice con el equipo al que nos vamos a enfrentar. Nos interesa que el jugador conozca bien al equipo opuesto".

LA CLAVE DE UNA AVERÍA

De manera paralela "ofrecemos un segundo informe en el que destacamos los puntos fuertes y débiles en el plano ofensivo y defensivo. Aquí el jugador ya asume más información sobre el adversario, que se remata con un tercer informe sobre las acciones a balón parado o estrategia, de córners, faltas o saques de banda".

El objetivo es conseguir que la segunda jornada teórica de trabajo, la del miércoles, "el jugador empiece a preparar el partido con todos los datos ya aportados. Los futbolistas ya conocen al adversario, conocimientos que reforzaremos con la exhibición de videos complementarios". Todo ello lo sustenta Lobera bajo la idea de que "la improvisación es el inicio del fracaso".

Explicó que gran parte de la preparación del equipo está basada en rondos, juegos de presión y de conservación de la posesión porque "transmite situaciones reales del juego" y porque "obligamos a tomar decisiones al futbolista de manera constante". No obstante, se fijó en la manera en que logró reparar la etapa de ocho jornadas sin conocer la victoria de la UD Las Palmas señalando que la clave fue "hacer hincapié en mejorar las transiciones de defensa-ataque y ataque-defensa".

LA GESTIÓN DEL GRUPO

Enumeró Sergio Lobera una larga serie de conceptos de aplicación en el vestuario mediante los cuales logra mantener compacto y moralmente al alza a un grupo de futbolistas profesionales. A modo de síntesis se refirió a:

Los entrenadores no se pueden permitir cortar las vías de comunicación con los jugadores

Deben protegerse los intereses individuales de los futbolistas, que estarán en función de los intereses colectivos del equipo

La dureza no proporciona respecto; lo hace la justicia, la lógica y la exigencia para que el jugador compita mejor

Siempre se ha de respetar la intimidad del vestuario. Hay que elegir a los jugadores que lo gestionen

El orden táctico (roles definidos en el campo de juego) evita conflictos entre jugadores

Gestionar el éxito es más difícil que el fracaso. El control emocional es fundamental dentro de un grupo de trabajo

Cada jugador es una persona y es diferente. Cada uno se puede motivar de forma diferente y a cada uno hay que hablarle de manera diferente también

Para un técnico es fundamental la humildad; expresar siempre afán de superación y de aprendizaje

El entrenador ha de saber escuchar y transmitir sus ideas con claridad

No podemos buscar excusas en los factores externos. No podemos perder ni un segundo en lo que no depende de nosotros mismos

Debe saber ajustar los niveles de tensión para que el rendimiento sea el adecuado

Es mejor una idea regular que once ideas muy buenas. Los jugadores han de creer que la idea principal es el colectivo

Los mejores jueces de un entrenador son los futbolistas

El entrenador ha de comprender dónde va a trabajar y ejercer acorde al estilo, idea, filosofía y perfil de club

Todo ello lo aplicó especialmente cuando la UD Las Palmas estaba en horas bajas y fue capaz de reconducir una situación que pudo tener un efecto envolvente en su persona. "Lo fundamental es potenciar una idea. En nuestra dinámica negativa había cosas que hacíamos bien. Y, en consecuencia, había que reforzar la confianza en ella porque con dudas en sus cabezas los jugadores no son capaces de reaccionar".

 

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