Fotos: C. Torres
Una derrota no tiene impacto en el filial de la UD Las Palmas, que perdió ante el Viera (1-2) el pasado domingo la condición de imbatible después de 12 jornadas. Su clasificación holgada y con cimientos no sufre grietas por esa circunstancia vivida en el Anexo. Y, además, su futbolista Héctor Marrero recupera totalmente la sonrisa. Lesionado, operado hace dos meses de su fractura de tobillo derecho, Héctor -hijo del ex amarillo Manolo Marrero- compartió su alegría personal con sus compañeros este miércoles. En el inicio de su rehabilitación, en manos del fisioterapeuta Arturo García, Héctor convida a la plantilla a un gran bizcocho de vainilla y chocolate, elaborado por su madre, Ángeles Lorenzo, afamada repostera según el futbolista. El detalle y el rostro de los jugadores felices por la recuperación del centrocampista no tiene precio.
Y no le hace falta mucha música a este joven equipo para formar una fiesta. La alegría de toda la plantilla contagia.