Un equipo sin Norte
16/10/2012

Por Higinio Medina

Comentaba el entrenador de la Unión Deportiva Las Palmas que siempre son los mismos errores y que a los rivales le cuesta poco marcarle un gol al equipo amarillo. No nos descubre nada Sergio Lobera, pues es la triste evidencia que jornada a jornada se percibe en al ámbito del Club de Pío XII después, de lo que ahora se nos antoja un espejismo, de un ilusionante inicio de liga y esporádicas mejoras en los partidos jugados hasta ahora.

Algo falla cuando se sabe donde está el problema, problema por otra parte reiterativo en el tiempo, y no se consigue solucionar a pesar de los distintos entrenadores que han pasado por el equipo en los últimos años.

José Hernández, hace unos días reflexionaba en estas páginas sobre la situación con un significativo titular: "Antes de que sea tarde". La experiencia, la historia está ahí y no precisamente de adorno. Las Palmas es un equipo que fue grande por la unión de todos; eran otros tiempos, pero precisamente esos tiempos y esa historia es la que mantiene hoy día un hálito de vida y esperanza entre los aficionados, que esperan o esperamos salir de un desierto en el que la travesía se hace cada vez más penosa.

Si en los últimos años han fracasado los distintos entrenadores, ¿cuál es la razón?. ¿Podría ser que no han tenido la autoridad que tuvo, por ejemplo, Roque Olsen?. ¿Podría ser falta de madurez en los jugadores como la que tenían, por ejemplo, los componentes del último ascenso a primera?...

Particularmente creemos, como decía Deivid (su "pecado" creemos fue nombrar, en un rapto de sinceridad, al entrenador) que todos son culpables y como manifestaba José Hernández: "El cuerpo técnico de la UD es amplio y numeroso. Ellos se tienen que "mojar" y aportar granitos de arena para sacar esto adelante". ¿Y los jugadores?. Ellos son la imagen deportiva del Club y como mínimo deberían estar a la altura de las circunstancias; nada de palabras huecas y sí defender con orgullo y honor un escudo, unos colores con una carga histórica muy importante y digna, y sobre todo por una afición que tiene ilusiones y se sacrifica con el pago de sus abonos para que cobren puntualmente sus emolumentos, aunque hayan 8000 abonados, aunque hayan mil; simplemente es cuestión de respeto y profesionalidad, lo demás es...

 

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