Injusto pero merecido
06/10/2012

Por Higinio Medina

Cuando se pierde un partido podemos salir del estadio con cara de tonto porque tu equipo fue superior al rival y se perdió de forma increíble no dando crédito a lo sucedido. Podemos salir satisfechos porque el equipo rival fue superior y tu equipo luchó lo indecible pero no pudo ser, y también podemos salir defraudados porque tu equipo no estuvo en absoluto a la altura de las circunstancias dando una pésima imagen.

Hoy la Unión Deportiva Las Palmas perdió de forma injusta pero merecida ante un rival que se limitó a controlar el encuentro con un 100% de eficacia goleadora, dos llegadas dos goles. Entonces con qué cara se sale del estadio y por qué hablamos de victoria injusta pero merecida. Hablamos de victoria injusta por parte del Almería porque fue un equipo rácano que no aportó nada al fútbol. Diríamos que hizo bueno el refrán: A río revuelto (por los errores) ganancia de pescadores.

¿Por qué fue una derrota merecida?, sencillamente porque para ganar tienes que marcar más goles que el rival y el equipo amarillo tiró y no marcó. Por otro lado los errores; no ponemos en duda la actitud, pero sí observamos que a algunos jugadores les está viniendo grande el terreno de juego y que conste que no compartimos en absoluto que se le pite a un jugador durante el partido, sobre todo cuando lucha pero está desacertado. La concentración es vital en cualquier aspecto de la vida y en el equipo grancanario suele evadirse con cierta frecuencia últimamente. Errores en los pases, en el desmarque de un compañero, en una acción defensiva... son normales, forman parte del juego, pero cuando son reiterativos algo pasa.

Hubo un detalle que nos llamó la atención y quizá la interpretación no sea la correcta. Fue en una jugada de ataque canario en la que se estorban en el remate David García (mejor posicionado) y Hernán perdiéndose una opción de peligro. Hernán da la sensación que le reprocha a David la acción y algo más retrasado desde la distancia da la sensación que Nauzet Alemán hace un gesto al joven canterano indicándole que cerrara la boca.

El aficionado vibra con su equipo. Ante el Almería hubo momentos en que se rozó "la locura colectiva" cuando el equipo marcó y se producía un ataque, que incomprensiblemente quienes lo llevaban a cabo lo frenaban porque dudaban qué hacer con el balón y terminaban perdiéndolo, al espectador sólo le faltaba saltar al terreno de juego pues veía que se podría conseguir el milagro, pero no fue así y a pesar de ello se aplaudió al final del partido... Y el árbitro, casi podríamos decir que es un mal endémico el nivel que demuestran: tarjeta roja a Barbosa cuando hace penalti pero el esférico no iba hacia la portería; el uso "sui géneris" de las tarjetas y su delirante concepto de los pasos que debían haber para sacar una falta...

Seis puntos de veinticuatro posibles es un bagaje muy pobre y si no se reacciona pronto el proyecto empezará a tambalearse. Creemos que hay para más, pero vemos dudas, sobre todo a partir del rendimiento de quienes tienen que llevarlo hacia delante y no terminamos de entenderlo. Los jugadores cobran, la directiva hace un esfuerzo descomunal para cuadrar las cuentas, entonces ¿qué es lo que falla?, ¿está desbordado el entrenador?, ¿los jugadores?, ¿no hay para más? o ¿es cuestión de mala suerte? La historia es elocuente en circunstancias similares.

 

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