El reecuentro de luchadores, dirigentes y aficionados club Ramón Jiménez tendrá lugar a las 20.00 horas en la ermita de San Antonio
José Roque Falcón Falcón
Este sábado 29 de septiembre, a las 20.00 horas, tendrá lugar en la ermita de San Antonio (calle Pérez Galdós) de Santa María de Guía un reconocimiento a la figura de Luis Acosta, que fuera luchador del Club de Lucha Ramón Jiménez a mitad de la década de los años setenta.
No cabe la menor duda que desde tiempo inmemorial la ciudad de Guía ha sido pila de magníficos luchadores, resultando complicado nombrarlos a todos e igualmente complicado realizar una reconocimiento personal a todos y cada uno de ellos.
Poco a poco, en los últimos años se ha venido ensalzando la figura de algunos luchadores como Salvador Díaz Pollo de Anzo, al que se le colocó un busto en la carretera que va hacia Anzo o Santiago Almeida Cubanito II recientemente fallecido en EE.UU.
Digamos que ahora le toca a Luis Acosta, en una cita que servirá para el reecuentro de exluchadores, aficionados y directivos del Club de Lucha Ramón Jiménez, que aunque inactivo ha dejado una huella imborrable en nuestro tradicional deporte que bien merece ser recordada de vez en cuando.
Como luchador, Luis Acosta se inició en el equipo de su pueblo, el Tazacorte de La Palma, pasando en el año 1967 a formar parte del mítico equipo del Santa Cruz de Tenerife que durante muchos años se mostró como uno de los equipos más competitivos de Canarias, consiguiendo numerosos campeonatos insulares y regionales, conquistando además el Campeonato de España celebrado en 1969 en disputa con Los Guanches de Arucas del mítico Santiago Ojeda, sin olvidarnos de que para ser campeones de Tenerife debieron dejar en el camino al Victoria del no menos mítico Juan Barbuzano.
Años más tarde vuelve a su isla natal después de haber pasado por las filas del C.L Tacuense y es en la Palma cuando recibe la oferta de venir como puntal del Ramón Jiménez, equipo en el que pasa dos años a mediados de la década de los años setenta del pasado siglo poniendo en evidencia su buen hacer luchístico en numerosas agarradas que aún permanecen en la retina de numerosos aficionados. Baste el ejemplo de su luchada de presentación frente al poderoso Guanarteme de la época logrando dar en la arena con once contrarios, consiguiendo la victoria para el Ramón Jiménez. Nos podemos imaginar cómo estaría el Teatro Viejo de la localidad, a rebosar de ávidos aficionados.
Aunque abandonó el Ramón Jiménez y volvió a su isla natal, desde mediados de la década de los años ochenta del pasado siglo se establece, junto a su familia, en La Atalaya de Santa María de Guía, al pié de una montaña que ha visto nacer muchos luchadores del noroeste de la isla de Gran Canaria. Y aunque volvió por estas fechas a ponerse la ropa de brega en alguna ocasión esporádica, abandonó la práctica de la lucha canaria, después de más de 25 años en activo.