La desesperación de Vitolo
22/09/2012

Por Higinio Medina

Entre los distintos detalles que podríamos destacar del partido disputado entre la Unión Deportiva Las Palmas y el Villareal, varios nos han llamado la atención por sus connotaciones en el plano personal y sus repercusiones en el colectivo. El primero de estos detalles, el orden no tiene relevancia, es cuando al finalizar el encuentro Vitolo queda tendido en el terreno de juego boca abajo, entendemos que lamentándose de su acción previa al segundo gol del "Submarino amarillo" o de la acción de posible penalti cometida por Marcos Sena instantes antes del final.

No podemos ni debemos culpar al joven delantero canario del fallo que propició el empate de los visitantes. Es cierto que existían otras opciones pero arriesgó con su decisión como ha hecho en todos los partidos que ha jugado; en unas ocasiones sale bien y en otras no. Es un lance más del juego. Vitolo corrió como hace siempre, con mejor o peor fortuna pero siempre dando la cara y tomando decisiones, aunque, también hay que decirlo, no es bueno hacer la guerra uno mismo. Podríamos decir también que Barbosa en esta jugada salió tarde, haciendo gala una vez más de cierta inseguridad en su cometido, pero no se trata de buscar culpables, porque si no deberíamos analizar jugador a jugador y minuto a minuto y entonces nos daríamos cuenta que en todos hay lagunas y que muchos de ellos se ausentan por momentos, circunstancia que no terminamos de entender.

El segundo de los detalles fue la gran ovación que los aficionados dedicaron a Javi Guerrero cuando fue sustituido en la segunda parte. Hacía tiempo que no retumbaba el Gran Canaria cuando se producía un cambio. Ese aplauso, que se mantuvo hasta que el madrileño abandonó el rectángulo de juego, puede tener dos lecturas: por un lado el reconocimiento al desgaste físico que realiza partido sí, partido también, y por otro un mensaje al cuerpo técnico sobre la importancia del veterano delantero en el equipo.

Otro detalle, el tercero, es el del cuerpo arbitral. A pesar de lo complicado que es arbitrar, se nos escapa como pueden cometer tantos errores y como se puede ser permisivo con unos y no con otros. El mismo rasero brilló por su ausencia, perjudicando sobremanera a los grancanarios. ¿Alguien pondrá algún día coto a la supuesta ineptitud?.

El cuarto detalle lo podríamos destacar como el de la afición. Hoy, salvo unos tímidos pitidos a Barbosa por su lentitud al sacar de portería cuando Las Palmas perdía, el público animó y aplaudió; incluso surgió de las gradas el "pío, pío"...

Antes decíamos que no se trataba de buscar culpables, pues la culpa de uno es la culpa de todos en un deporte colectivo y el equipo amarillo no iba a estar exento de esta máxima. Esta tarde se vio una actitud distinta, pero hay que corregir errores y sobre todo estados de ánimo. La concentración es importante y hay momentos que se pierde. Esta tarde el Villareal empató de forma injusta por lo visto sobre el terreno de juego, pero empató que al final es lo que cuenta. Los amarillos mejoraron su imagen con respecto a jornadas anteriores; esperemos que se siga en esta línea y que no haya sido como consecuencia de que el rival era en teoría superior. Esperemos que sea el camino de la recuperación...

 

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