La importancia de llamarse Hernesto
23/06/2012

El primo de Juanpe, protagonista del pase a la final del Maninidra, debe su 'hache' en el nombre a un error de inscripción en el Registro Civil

"Quería demostrar que no soy uno del montón; estaba dispuesto a salir a todo e hice una luchada perfecta". Ernesto López (10 de marzo de 1991) fue el gran protagonista del fin de semana en el terrero cochinero de Los Molinillos. El bregador senior del Maninidra (que la próxima temporada lucirá condición de Destacado C) metió a su equipo en la gran final del Torneo de La Caja, donde tendrá que medirse al Adargoma. Ernesto sacó del terrero a las dos principales sillas del Unión Gáldar, un rival temido que ya había dado muestras de su capacidad en anteriores enfrentamientos, porque firmó los puntos determinantes frente al Pollo de la Herradura y Valentín Artiles.

Ernesto López señala al cielo después de dejar fuera de competición a Agustín González (Gáldar), que se lamenta en el suelo de su eliminación (C. Torres)

Ernesto es primo del jugador de la UD Las Palmas, Juanpe Ramírez, y simpatizante también del conjunto grancanario. El pasado jueves fue uno de los aficionados amarillos que lograron captar la imagen del regreso de Nauzet Alemán al Estadio de Gran Canaria. Montó guardia desde primera hora en el acceso al recinto hasta que logró su objetivo. Pero vive con la misma intensidad su deporte, la lucha canaria, logrando ocupar poco a poco un papel más influyente en su equipo durante la vigente temporada. "Era la primera vez que tiraba a Agustín. Había pedido salir a por los dos (Tino y Agustín Artiles), estaba muy motivado. En ambas pude 'contrear' bien".

Durante la campaña en las distintas competiciones ya había firmado algunos triunfos parciales importantes, aligerando el trabajo de su jefe de filas Agustín González. Pero este viernes alcanzó cumbre personal luego de haber minimizado el potencial galdense con su portentosa exhibición.

Besos de los aficionados, una lluvia de monedas y felicitaciones persiguieron en su recorrido por el terrero a Ernesto, que tiene una curiosa historia personal. "Mi Ernesto se escribe con 'hache'; porque a la hora de inscribirme en el Registro Civil se cometió un error ... y por eso soy Hernesto. He tratado de resolverlo años después, pero el Juzgado me pedía 180 euros para el cambio sin la hache. En ese momento pensé que era mucho dinero pero, ahora, no lo voy a modificar".

Esa es la peculiaridad anécdota que provoca nuestro símil con la comedia de Oscar Wilde: "La importancia de llamarse Hernesto", en versión ingeniense.

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