Por Higinio Medina
La Unión Deportiva perdió su partido contra el Depor, pero certificó matemáticamente su permanencia una temporada más en segunda. Es decir se consiguió el objetivo por el que debemos felicitarnos todos, a pesar de que se pudo aspirar a algo más, cuando aún faltan cuatro jornadas para que concluya una temporada que deja sensaciones encontradas. No sabemos que vamos a ver en los partidos que faltan por disputar, es cuestión de profesionalidad. Por lo pronto, se mejoró la imagen en Riazor y aunque se crucen declaraciones entre presidente y entrenador, lo cierto es que se debe reflexionar y mucho.
Ya no valen lamentaciones, lo hecho, hecho está, y sólo queda el futuro. Ahora bien, cómo se va a enfocar y qué mensaje se quiere transmitir al aficionado es la pregunta que nos hacemos. No somos partidarios de las comparaciones, ya que las posibilidades de cada uno suelen ser bastantes diferentes, pero miremos por un instante hacia el Coruña: más de 30.000 socios, un estadio vibrante jornada tras jornada y las ideas claras desde el inicio de la temporada; no le valía otra y su supervivencia dependía de volver a la máxima categoría del fútbol español. Prácticamente lo tiene en la mano y el éxito dónde radica, pues ni más ni menos que en la comunión existente entre afición y equipo. Ahora miremos hacia la Unión Deportiva Las Palmas y que vemos: ¿falta de ambición?, ¿limitaciones?, ¿un debate sobre cuál era el objetivo?, ¿el enfado del presidente?, ¿un entrenador que piensa que el público se ha enfadado sólo por haber perdido los últimos partidos en casa?, ¿Un interrogante económico?, ¿una historia?...
Hay que reconocer los errores, como también hay que reconocer los aciertos. El seguidor amarillo tiende a ser fiel y aunque se enfade por lo acontecido en el terreno de juego está con su equipo y a poquito que se le ofrezca verá compensada su pasión por unos colores y las gradas empezarán a poblarse como antaño. La verdad es que la solución no es fácil a la vez que si podría serlo, sobre todo si tenemos en cuenta que es en estos momentos cuando la unión entre la afición y el equipo se hace más necesaria que nunca, pero todo pasa por una palabra y su contenido: Ilusión.