Víctima de una cantera voraz
17/04/2012

Por Manuel Borrego

Pedro Vega rompió la paz ambiental de la UD Las Palmas. Casi era lógico; se palpaba en el ambiente pero él había decidido no hablar en los últimos meses. Fue misteriosamente elegido este martes entre los dos jugadores que acudían al encuentro con la prensa y soltó lo que llevaba dentro. El problema real de Pedro Vega es que está en un club de cantera, con un semillero de jugadores que brota ahora con soltura porque ya tienen las riendas sueltas y más aún con un entrenador valiente al que le gusta probar e impulsar las nuevas sensaciones de la fábrica.

Pero es un veterano y sabe que pueden estar cayendo las últimas hojas del calendario que delimitan su presencia en la entidad. Hace un año le ocurrió a otro futbolista que nació con esa misma camiseta, Jorge Larena-Avellaneda, aunque éste guardó sus pensamientos y se los llevó en su memoria. Jorge lloró como nadie en su despedida, ni un reproche, ni una sóla palabra ... Fue víctima de la propia voracidad del trabajo de cantera: un producto sustituye al anterior y así eslabón tras eslabón. El mismo Pedro Vega fue pieza pujante en temprana edad pero no vivió desde dentro la reacción de otro indignado de anterior generación porque sus circunstancias fueron distintas.

Deja, no obstante, un extraño sabor ese mensaje adicional que emplea para hablar de un "entorno" que está dispuesto a retirarle del fútbol. Francamente, no sabemos a qué se refiere ni hemos tenido la sensación de que no se le valorase como él estima. Pero es verdad que su segunda etapa de amarillo generó mayores expectativas que la producción realizada por su excelente pierna izquierda. Lo de esta temporada prácticamente no tiene valor; él mismo habla que es muy difícil hacer las cosas sin confianza.

Por todo ello Pedro Vega tuvo un reventón este martes; tras él habrá un motivo, sin duda. Provoca así una situación incómoda para las nueve jornadas finales de la temporada. Nada habría cambiado si hubiese optado por mantener el silencio pero abrió las cortinas de su mente y expresó en público sus sensaciones. Mientras, Juan Manuel y el cuerpo técnico ya tiene en marcha un plan renove, con nombres propios que emergen como un día le ocurrió al propio Pedro Vega. Esa ley gravitatoria resistirá cualquier embestida.

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